El fiscal solicita 303 años de cárcel para el principal acusado en el mayor juicio celebrado por pederastia hasta la fecha en España
13 dic 2012 . Actualizado a las 18:04 h.La Audiencia de Las Palmas ha dejado visto para sentencia el juicio del caso Kárate, tras una treintena de sesiones que se han prolongado durante siete meses y medio. Este proceso penal está considerado como el mayor juicio por pederastia que se ha celebrado hasta la fecha en España, ya que en él medio centenar de testigos han asegurado que sufrieron abusos sexuales en una academia de artes marciales de Gran Canaria por parte de sus monitores siendo menores de edad.
Desde que comenzó la vista oral, el 3 de mayo, más de un centenar de testigos han pasado por la sección sexta de la Audiencia de Las Palmas para contar cuál fue su relación con el excampeón de kárate Fernando Torres Baena y los otros tres procesados, los monitores María José González, Ivonne González y Juan Luis Benítez. La Fiscalía de Canarias solicita para Fernando Torres Baena una pena de 303 años de prisión por 36 delitos de abuso sexual, 13 de corrupción de menores y uno de tenencia ilícita de armas. Para María José González Peña, esposa de Torres Baena, el Ministerio Fiscal demanda 154 años de cárcel por 20 delitos de abusos sexuales y cuatro de corrupción de menores. Ivonne González Herrera se enfrenta a 146 años de prisión por 19 delitos de abusos sexuales y cuatro de corrupción de menores, mientras que Juan Luis Benítez se expone 18 años de prisión por tres delitos de abusos sexuales.
«Nunca he abusado de nadie ni lo hubiera permitido»
El principal procesado, Fernando Torres Baena, ha aprovechado hoy el derecho a decir la última palabra antes de que el juicio quedara visto para sentencia para defender que él no ha hecho «nada malo»: «Nunca he abusado de nadie, ni lo hubiera permitido», ha proclamado. Si al inicio del juicio solo Fernando Torres Baena, para quien el fiscal pide más de 300 años de cárcel, se prestó a declarar, aunque para responder exclusivamente a las preguntas de su abogado, hoy los cuatro procesados han hecho uso del derecho a la última palabra para defender su inocencia. «Yo no he hecho nada malo», ha subrayado el principal procesado, al que el fiscal describe en su escrito de cargos como un «depredador sexual» que se valía de sus dotes de manipulación para organizar con sus alumnos «auténticas orgías sexuales» sin distinguir edad, sexo o número de participantes.