El presidente de la Xunta no era el favorito de Fraga para la sucesión

Redacción / La Voz

ESPAÑA

El libro que se entregará con La Voz a partir del domingo día 2 al precio de 1,95 euros recorre los pasos de Feijoo hasta convertirse dos veces en presidente de la Xunta. Romay Beccaría hizo de él un gestor de Estado, Baltar lo afilió al PP y Rajoy le extendió la alfombra tras el «Prestige» para suceder a Fraga

30 nov 2012 . Actualizado a las 16:53 h.

En la hoja de ruta que trazó Manuel Fraga para preparar su sucesión en el Partido Popular de Galicia no figuraba en primer lugar el nombre de Alberto Núñez Feijoo. No era su favorito. Aquel conselleiro que Fraga había incorporado a su Gobierno tras la catástrofe del Prestige y la defenestración política de Xosé Cuíña, y que año y medio más tarde ascendió a la vicepresidencia primera de la Xunta, no era el elegido por el presidente fundador para tomar el relevo. Así se lo hizo saber el propio Fraga a Feijoo en un almuerzo privado celebrado en un restaurante próximo a Perbes a finales de agosto del año 2005, al que también fue invitado el ahora portavoz del PP en el Senado, José Manuel Barreiro, que a los ojos del patrón era el que estaba llamado a «quedarse por aquí» y a tomar las riendas del partido en Galicia.

Los entresijos de aquella comida, que nunca habían salido a la luz, le dan cuerpo a uno de los episodios que se desgranan en el libro Feijoo, de gestor a presidente. La reconstrucción de la derecha en Galicia, del periodista Domingos Sampedro y editado por La Voz de Galicia, que a partir del próximo domingo se entregará junto con el periódico al precio de 1,95 euros.

La publicación, articulada en siete capítulos y 160 páginas, es la primera aproximación editorial a la figura de Alberto Núñez Feijoo (Os Peares, 1961), una persona forjada como gestor en diferentes ámbitos de la Administración pública que se convirtió en presidente de la Xunta al primer intento, y que tras las elecciones autonómicas del pasado 21 de octubre se convirtió en el primer dirigente político de España que no solo fue capaz de revalidar su cargo, sino que amplió su mayoría parlamentaria, en un contexto marcado por una crisis económica profunda y persistente que hasta el momento lo que logró es truncar la carrera política de la mayoría de los Gobiernos españoles y europeos que se sometieron al dictado de las urnas.

El libro cubre una etapa de siete años de la historia política de Galicia, arrancando en la derrota encajada por Manuel Fraga en las autonómicas del 2005 y situando su punto y aparte en los comicios del 21-O, celebrados hace poco más de un mes, que proyectaron a Feijoo como uno de los grandes referentes del PP a nivel nacional.

El congreso de la sucesión de enero del 2006, en el que Fraga acabó cediendo el testigo a Feijoo, pese a no ser su opción inicial, la travesía del desierto realizada por el nuevo equipo de dirección del partido o la tensa campaña electoral que en el 2009 le permitió al líder popular reconquistar el poder de la Xunta con un discurso tan centrado en la austeridad como contrapuesto al despilfarro, son aspectos que se tocan con un estilo ameno en la publicación, que también repasa las cuestiones troncales de la gestión del Gobierno bipartito que presidió Emilio Pérez Touriño y del que lideró el propio Feijoo en la pasada legislatura.

La biografía desconocida

El libro no es exactamente una biografía sobre el actual presidente de la Xunta, pero sí dedica un amplio apartado a desentrañar con un espíritu periodístico crítico las principales etapas vitales de un dirigente político extremadamente hermético y celoso con su vida privada.

La infancia en Os Peares de un Feijoo que creció muy pegado a su abuela Eladia, los estudios en el internado de los maristas en León, su amistad personal con el ahora alcalde de A Coruña, Carlos Negreira, o su vida universitaria son aspectos biográficos que se abordan en profundidad de un personaje que de niño quería ser veterinario, de adolescente anhelaba convertirse en juez, pero que acabó opositando al cuerpo jurídico de la Xunta.

La oportunidad, rechazada en un primer momento, que le dio Romay Beccaría acabó forjando a Feijoo como un gestor de Estado, pero fue el impulso de Rajoy el que lo acabó convirtiendo en sucesor de Fraga.