Barroso dice que solo se pronunciará sobre Cataluña si se lo pide España
14 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.La convocatoria de huelga general ha aportado nueva munición para el creciente cruce de ataques entre CiU y el PP. En su afán por acentuar la transversalidad de su propuesta y picotear en los sectores sociales más diversos, Artur Mas ha decidido sumarse al paro y desconvocar todos los actos electores previstos para hoy. De forma que el presidente del Gobierno autonómico que más lejos ha ido en el tijeretazo a los servicios sociales se suma activamente a la huelga precisamente contra los recortes. «Puesto que es una huelga que va más allá de Cataluña, queremos dar un signo de respeto», fue la excusa de Artur Mas.
Que nadie se creyó, claro. Y menos la candidata popular, Alicia Sánchez-Camacho. «CiU se vuelve a equivocar», destacó. Ya lo había dicho momentos antes la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, quien presentó a Artur Mas como un gobernante «peligroso» que está «en contra de la democracia» al empecinarse en sacar adelante la convocatoria de un referendo en contra de lo establecido por el ordenamiento legal. Una actitud con la que el presidente de la Generalitat está llevando a Cataluña «al borde del abismo», concretó De Cospedal.
Pero no solo el PP cargó contra el candidato de CiU. También el socialista Pere Navarro acusó a Mas de desencadenar una ola que va a ser muy difícil de detener. «Mas ha incitado un movimiento tal y ha jugado con los sentimientos y necesidades de tanta gente de una manera tan fuerte, que ahora esta gente realmente piensa que la independencia será la solución de todos nuestros problemas, ahora está en una oleada que no puede parar», argumentó Pere Navarro.
El candidato socialista intenta hacerse un hueco en una campaña completamente polarizada entre CiU y PP atacando a uno y otro. En esa pretensión, ayer cargó también contra el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, quien el lunes calificó de golpe de Estado el intento de Mas de convocar el referendo al margen de las leyes. Pere Navarro criticó al ministro por estas declaraciones y le respondió que lo que debe hacer el Gobierno es poner las condiciones necesarias para que los catalanes puedan ser llamados a una consulta sobre la autodeterminación en plena legalidad. «Margallo -dijo Navarro- no tiene derecho a hablar de golpes de Estado, lo que tienen que hacer el PP y CiU es producir las condiciones para que los catalanes se puedan expresar en absoluta libertad, pero también con absoluta seguridad política y jurídica».
García-Margallo, ajeno a la invocación de Navarro, siguió a lo suyo, que es advertir a los catalanes del riesgo de quedar excluidos de la Unión Europea si se avanzan hacia la segregación. En un encuentro con empresarios en Sardañola, el ministro manifestó que «una declaración de independencia contraria al ordenamiento jurídico no sería aceptable por ningún país de la UE, porque sentaría un precedente de incalculables consecuencias».
La postura del Gobierno recibió el respaldo indirecto del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, quien advirtió respecto «a la cuestión general de la adhesión de los Estados a la Unión Europea» que «este proceso debe ajustarse plenamente a las normas y procedimientos previstos en los tratados de la UE». Y esto conlleva que un eventual Estado catalán independiente debería iniciar el protocolo de adhesión y que su integración en la Unión puede ser vetado por cualquiera de los Estados miembros.
Las palabras de Barroso están incluidas en la respuesta escrita a una interpelación de varios eurodiputados catalanes, más Ana Miranda (BNG) en nombre de ERC. El presidente de la Comisión Europea responde que no le corresponde a esta manifestarse «sobre cuestiones de organización interna» de los Estados miembros. Solo «a petición de un Estado miembro que detallase una situación concreta, la Comisión expresaría su opinión sobre las consecuencias legales de la misma con arreglo a la legislación de la UE», añade.