Rubalcaba calificó como «aceptable» el resultado socialista en el País Vasco, aunque añadió que la «magnífica gestión» de Patxi López, en cuanto a la mejora de la convivencia, el final de ETA, la política económica o los datos de empleo, habría merecido más, pero no fue reconocida. Destacó que la política vasca tiene características singulares y estas elecciones fueron diferentes de las anteriores por la presencia de Bildu. Y pidió que las comparaciones se hagan con los comicios en que sí participó la izquierda abertzale.
Asumió la responsabilidad, «como secretario general», por las derrotas en Galicia y País Vasco e hizo una «reflexión autocrítica», aunque en cierta forma relativizó el batacazo. Si el resultado de las vascas fue aceptable, el de las gallegas era previsible, ya que el PP es muy fuerte en aquella comunidad, donde siempre ganó y por mayoría absoluta salvo en una ocasión.
Sin confianza en un tripartito
Aunque recordó su implicación en la campaña, señaló que sabía que desbancar a Feijoo era tarea casi imposible ya que no había alternativa clara de Gobierno porque los electores no confiaban en un tripartito. Contrapuso las características de esas dos comunidades, en las que el PSOE solo logró la presidencia en una ocasión, con las de las otras dos donde se celebraron elecciones anteriormente: Andalucía, en la que siempre ha gobernado el PSOE, y Asturias, a cuyo frente está de nuevo un socialista, Javier Fernández.