Nacho Vidal, del cine porno a la inversión empresarial

Mateo Sancho Cardiel EFE / MADRID

ESPAÑA

Tras hacer unas 3.500 películas, el actor ha diversificado su actividad profesional, que va desde la venta de perfumes a la hostelería

16 oct 2012 . Actualizado a las 21:18 h.

Nacho Vidal, quien siempre ha llevado con orgullo su profesión de actor de cine porno, ha saltado hoy a los titulares informativos por una actividad muy distinta, su faceta de empresario, por la que ha sido detenido dentro de la operación Emperador contra el blanqueo de capitales.

Desde Cicciolina, ningún actor porno había tenido mejor imagen de cara al público generalista como Nacho Vidal. «Tengo cara de malo, pero soy un oso amoroso», reconocía el pasado julio, cuando tras 18 años de carrera, apostaba por su carrera como actor dramático con la película Impávido.

Nacho Vidal, superestrella del porno primero en España y luego en Hollywood, heredero natural de Rocco Siffredi, había conseguido la proeza de recuperar el morbo en las escenas sexuales en un género cada vez más gimnástico y aséptico como el porno, ayudado sin duda por un miembro viril de proporciones hiperbólicas (famosa es su afirmación de que no cabe en un vaso de tubo).

Pero también había sido capaz de conseguir que su profesión no le estigmatizara socialmente, sino todo lo contrario, presumiendo de llevar una vida normal -«a mí me levantan mis hijos a las siete y media de la mañana como a todo padre», aseguraba-, y sin importarle pararse por la calle y hacerse fotos con quien se lo pida.

Su secreto ha sido que, en tiempos de la metrosexualidad y la sexualidad dócil, Nacho Vidal (cuyo nombre real es Ignacio Jordá González), siempre ha defendido al macho primigenio, agresivo y, sobre todo, bien dotado, capaz de disfrutar y hacer disfrutar. «Ninguna mujer en petit comité te va a decir que el tamaño no importa», decía. «Para mí es muy fácil hacer todo lo que hago. Me divierto y no me crea ningún trauma ni ningún estrés», añade.

Unas 3.500 películas, algunas también producidas y dirigidas por él con títulos tan elocuentes como Made in XSpaña y sus secuelas o Blowjob Impossible, en un género del que, además de lo lúdico, siempre defendió la calidad de sus productos.

«Por mucho que le pese a alguno, el cine porno no tiene nada que envidiar al cine convencional. Trabajamos con maquilladores o iluminadores que llevan veinticinco o treinta años en el oficio. E incluso muchos técnicos están haciendo cine porno porque no hay otro cine en estos momentos», aseguraba.

Nacido en Mataró (Barcelona) el 30 de diciembre de 1973, pronto se trasladó a Enguera, en Valencia, donde actualmente reside y donde estaba desarrollando su faceta como empresario del sexo con la puesta en marcha de su particular «mansión Playboy», una casa de campo familiar que pretende convertir en un plató de cine porno a cuyas producciones se podrá acceder en directo desde internet.

Nacho Vidal llevaba años diversificando su carrera, aunque siempre ha negado el efecto del paso del tiempo sobre su rendimiento sexual.

«Es divertido, todo el mundo piensa que hago otros negocios porque el porno está de capa caída, pero yo los hago porque pienso que quien no lo hace está muerto. El sexo es divertido, pero si no hago otras cosas me aburro. No es cosa de la edad, sino de cada uno», decía.

En cualquier caso, llevaba años buscando alternativas o complementos profesionales. Una de ellas en el cine convencional (con títulos como El alquimista impaciente o Va a ser que nadie es perfecto), otra en su pasión por la hípica («hoy en día me arrastran mucho más los caballos que las mujeres», decía provocador), y la otra fue la inversión empresarial.

«Vendo perfumes, páginas web, pollas de plástico, caballos, semen, tengo un restaurante en Formentera... llevo muchos años de empresario, mi cabeza no para ni un segundo, y no solo hay sexo en ella», decía en julio.

Pero su labor como empresario ha sido la actividad que ahora le ha vinculado con las mafias chinas en una operación que se ha saldado con 74 detenciones, entre ellas también la de su hermana y representante y la del presunto cabecilla, Gao Ping, y que ha afectado a varias provincias españolas.