Miles de personas se manifiestan contra la independencia en Cataluña

Cristian Reino / Colpisa

ESPAÑA

Toni Garriga

La marcha pretende ser un contrapunto al aumento de las reclamaciones independentistas en las últimas semanas

13 oct 2012 . Actualizado a las 00:18 h.

Un mes después de la gran manifestación independentista de la Diada, que reunió a millón y medio de personas, y como acto para celebrar el 12 de octubre en Cataluña, miles de personas se concentraron este viernes en Barcelona a favor de la unidad de España y contra la secesión catalana.

Organizada a través de las redes sociales por el movimiento ciudadano De España y Catalanes, que se autodefine como «apolítico, plural y libre», la marcha sirvió como réplica a la manifestación soberanista del 11-S. No fue tan multitudinaria, ni mucho menos, si bien la organización habló de una asistencia de unas 100.000 personas, la Delegación del Gobierno estableció la convocatoria en 65.000 y la Guardia Urbana la rebajó a 6.000. Hubo, como siempre, baile de cifras, y es que en un primer momento fuentes de la entidad impulsora cifraron la asistencia en 15.000 personas y más tarde corrigieron muy al alza su estimación.

Al margen de la habitual disparidad de recuentos, los organizadores de la cita calificaron a todos los asistentes (muchos llegados de Aragón, Madrid o Cantabria) como una pequeña representación de la «Cataluña silenciosa», la que hasta ahora no se ha expresado ni manifestado en la calle y que ansía «seguir siendo española». «No queremos que nuestro silencio se interprete erróneamente o interesadamente. Nuestro silencio no quiere decir que compartimos una Cataluña separada del resto de España», según el manifiesto que se leyó al término de la manifestación bajo un fuerte aguacero que deslució la cita. «No queremos que se nos impongan fronteras artificiales ni tampoco queremos enfrentamientos entre hermanos», añadió.

El comunicado de la entidad organizadora, que pidió una reunión con el presidente de la Generalitat, terció de pleno en el debate que se ha suscitado en Cataluña en torno al derecho a decidir, que será el gran objetivo de Artur Mas de cara a la próxima legislatura, ya que concluyó que «nadie tiene derecho a pedirnos que optemos por nuestra condición de catalán o por nuestra condición de español». «No queremos perder ninguno de estos dos sentimientos que se enriquecen mutuamente», señaló. «Reafirmamos y reivindicamos nuestra plena catalanidad y españolidad. Son dos realidades que se complementan y que se convierten en un proyecto común», expresó.

Celebrada en la plaza de Cataluña, la convocatoria contó con la participación de la plana mayor del PPC, con su presidenta Alicia Sánchez Camacho a la cabeza, quien calificó la movilización de «lección» para Artur Mas, pues «miles de personas le reclaman que no rompa la convivencia». «Mientras Mas quieres dividir y separar, nosotros queremos sumar, porque de esa manera conseguiremos salir de la crisis», afirmó Sánchez Camacho, anticipando que en la campaña hará bandera del rechazo frontal al independentismo.

Igual que Ciutadans, cuyo líder, Albert Rivera, destacó que ningún gobierno puede permitirse la fractura social y «no puede hacernos elegir entre nuestro padre y nuestra madre y enfrentar a una parte de Cataluña contra el resto». Entre los asistentes había representantes de UPyD y estaba también el líder ultra de Plataforma per Catalunya Josep Anglada.

A pocos metros de allí, un centenar de independentistas se manifestaron contra el 12-O, lo que provocó algunos momentos de tensión, cuando algunos de los que se dirigían a la plaza de Cataluña portando banderas españolas se cruzaron con este grupo. Hubo intercambio de insultos y la bronca acabó con un detenido por agredir a una padre que llevaba a su hija en brazos. Mientras, una cincuentena de simpatizantes de Democracia Nacional y la Falange Española de las JONS se concentraron en la plaza de España de Barcelona, donde quemaron una estelada y corearon gritos contra el independentismo, al que asociaron con el «terrorismo».

Estos fueron los actos más significativos de un día festivo, que no lo fue para todo el mundo en Cataluña, ya que una docena de escuelas e institutos y una decena de ayuntamientos, como Seva, Calldetenes, El Brull o Arenys de Munt, hicieron jornada laboral como boicot al día de la Hispanidad.