Más influencia social que resultados concretos

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Los expertos valoran positivamente el 15-M y creen que tiene futuro porque subsisten las causas que lo originaron

13 may 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

A punto de cumplirse el primer aniversario del 15-M, sociólogos y politólogos consultados por La Voz de Galicia analizan lo que ha supuesto este movimiento y vaticinan que tiene futuro porque persisten las causas que provocaron la indignación de los ciudadanos y la desconfianza creciente en los políticos. Aunque algunos opinan que no ha cubierto las expectativas que creó y que debe evolucionar.

¿Cuál ha sido el balance del primer año del 15-M?

Identificó y puso en la agenda política y mediática asuntos y disfunciones de la democracia de los que se hablaba muy poco o nada. El ejemplo más claro, según el profesor de Ciencia Política y veterano político de izquierdas Jaime Pastor, ha sido «la lucha por la paralización de los desahucios». Y, sostiene, «ha contagiado a otros sectores sociales». Como destaca la investigadora de la Fundación Alternativas Sandra León, ha logrado además que «el descontento hacia la política dejara de traducirse en apatía, convirtiéndolo en el principal eje de la protesta». Su mayor éxito es «haber activado el músculo reivindicativo de la sociedad española».

Para el catedrático de Ciencia Política Manuel Villoria, supuso una «llamada de atención a la clase política, sobre todo a la izquierda, para que se introduzcan medidas regeneradoras de la democracia». Añade que «obviamente no ha conseguido ningún cambio fundamental en la política económica o en la calidad de nuestra democracia, pero nos ha recordado que existen otras formas de hacer política y de mejorar el sistema». El profesor de Sociología Ignacio Urquizu apunta que si el 15-M «se hubiera concentrado en unos pocos cambios muy concretos, como sucedió en Islandia, quizá habría tenido más éxito».

¿Qué influencia ha tenido?

León afirma que el 15-M «canaliza un profundo malestar en la ciudadanía que se había ido fraguando desde el estallido de la crisis», lo que hace que el 70 % de los españoles lo valoren positivamente. Pastor destaca que su apuesta por la «desobediencia civil no violenta le ha permitido contar con la simpatía de muchos sectores de la población». Según Villoria, «ha hecho participar políticamente a gente que no estaba implicada, impulsado alguna propuesta regeneradora de la vida política y generado debates sociales interesantes».

Para el catedrático de Opinión Pública Fermín Bouza, su influencia ha sido «grande en su mensaje principal y complicado: la democracia actual no sirve, la esperanza está en otra cosa». Considera que «ha sido un martillazo positivo para despertar la esperanza», aunque «de momento no se ha articulado para cumplir esas expectativas». Urquizu señala que «la sociedad se concienció de que es posible mejorar nuestros sistemas político y económico».

¿Seguirá teniendo vigencia?

«Las motivaciones que impulsaron a la gente a la calle siguen ahí: desequilibrios entre el poder político y el económico, corrupción, desigualdad y erosión del Estado de bienestar», constata León. Pastor abunda en que su crítica a la «dictadura de los mercados» está vigente y cree que seguirá siendo un «actor sociopolítico a tener en cuenta», ya que las políticas contra las que se rebeló no han cambiado.

¿Cómo puede evolucionar?

«Si la situación sigue deteriorándose, puede recuperar capacidad aglutinadora y convertirse en un movimiento que tenga peso electoral, como algún partido anti-establishment en Alemania o Italia», señala Villoria, aunque «para ello necesitarían un cabeza de cartel atractivo». Considera que «sería bueno que sistematizaran sus propuestas y las presentaran electoralmente».

«Debe resolver la paradoja entre el movimiento asambleario y organización, entre utopía y eficiencia», ahonda Bouza. Pastor alerta de que «la dificultad de lograr conquistas parciales frente al autismo de las élites políticas y económicas, así como el aumento de los intentos de criminalización por parte del Gobierno, puede provocar desilusión o diferencias internas cuyo alcance es difícil de prever». León prevé que a corto plazo se centrará en la defensa del Estado de bienestar, contra los recortes en educación y sanidad.

¿Cuál es el perfil de sus miembros?

León señala que no son «sectores marginales, radicales ni perroflautas». La profesora de Ciencia Política esgrime dos estudios de alternativas que muestran que sus miembros «tienen un nivel educativo alto, perciben el movimiento como una fuerza reformista, no rupturista, y la mayoría evalúa su posición económica como mejor que la del resto de la población».

análisis balance y perspectivas del movimiento indignado

los expertos opinan

Advierte contra la criminalización del 15-M por el Gobierno actual

Ve una llamada de atención a la clase política, sobre todo a la izquierda

Señala que su mensaje es claro y complicado: la democracia actual no sirve

Cree que puso en la agenda cuestiones de las que se habla muy poco

Valora como su gran éxito haber activado el tejido reivindicativo en España