Un conflicto para evitar la descapitalización de la compañía

C. L. redacción / la voz

ESPAÑA

10 abr 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

El conflicto que Iberia mantiene con sus pilotos, representados por el sindicato Sepla, es un problema cuyo origen se remonta ya al día en el que la compañía aérea española formalizó su boda con la inglesa British Airways. Fue en el 2010, después de dos años de tiras y aflojas y duras negociaciones. Entonces los pilotos y otras voces cercanas a la operación advirtieron de que la unión no era entre iguales. Que el pez gordo acabaría engullendo al pequeño.

Para los pilotos, la puesta en marcha de la compañía de bajo coste Iberia Express -que empezó a operar el mes pasado- en un contexto en el que el fracaso de experiencias anteriores muestra que ese tipo de ideas no acaban cuajando, se integra en una estrategia de descapitalización de Iberia por parte de IAG, la compañía resultante de la unión de ambas empresas. Sobre todo porque, dicen, la nueva low cost se externaliza. Cuatro decenas de aviones de Iberia pasarán a la nueva empresa y eso, según los pilotos, haría peligrar un gran número de puestos de trabajo.

Los días de huelga ya han costado a Iberia, según sus propios datos, en torno a 36 millones de euros. Las jornadas de paro continuarán hasta julio, con lo que las pérdidas podrían ser de otros 90 millones de euros.

La amenaza de la low cost no es el único temor de los pilotos. Otro es que la británica acabe quedándose con la T4 de Barajas, una plataforma que resulta estratégica para los británicos porque les ofrece algo que no les da ya Heathrow. Es la alternativa de crecer con los slots de Iberia. Madrid se convertiría de esa forma en un aeropuerto clave en vuelos que enlazan con Oriente y África. Además podría competir con otras empresas como Qatar Airways o Emirates Airways que están entrando con fuerza en el mercado europeo.

Y en ese juego, Iberia Express, formaría parte, tal y como sospechan los pilotos, de la estrategia porque acabaría operando los vuelos de corto recorrido, quedando los de largo en manos de la compañía inglesa.