El cuarto fracaso deja noqueado a Arenas, que promete diálogo

Gonzalo Bareño Canosa
gonzalo bareño ENVIADO ESPECIAL

ESPAÑA

JAVIER DIAZ

«Hasta aquí hemos llegado», dijo en un discurso que sonó a despedida

26 mar 2012 . Actualizado a las 14:16 h.

Desastre total. Javier Arenas lo tenía todo a su favor y cosechó sin embargo ayer un fracaso absoluto en su intento de acabar con 30 años de Gobiernos socialistas en Andalucía. Ni en sus peores sueños se quedaban los populares a cinco escaños de la mayoría absoluta. El impacto fue tan brutal que se reflejaba claramente en el rostro de Arenas, que compareció al borde del llanto en el balcón de la sede del PP andaluz en la calle San Fernando. Su discurso, que quiso ser elegante en el fracaso, sonó a despedida.

Por más que quiso recomponer el gesto, la pírrica victoria en las elecciones de ayer lo obliga a abandonar para siempre su sueño de ser presidente de Andalucía. Y eso deja a los populares andaluces en una situación dramática, porque tendrán que empezar de nuevo desde cero. «Hasta aquí hemos llegado. Hemos ganado las elecciones. Seremos el partido del diálogo», señaló el líder del PP andaluz, que garantizó que su partido trabajará por «la estabilidad y la gobernabilidad de Andalucía». Pero era ya consciente de que la estabilidad vendrá de un pacto entre los socialistas e IU.

Ante miles de seguidores que lo aclamaban pese a todo con gritos de «presidente, presidente», Arenas prometió apoyar en el Parlamento regional «todas las iniciativas que sean positivas para Andalucía» porque, según dijo, ese es «el compromiso, el deber y la responsabilidad del PP». «Vamos a estar a la altura de las circunstancias y de la historia», les dijo a unos desconsolados militantes populares.

«Por primera vez en la historia el Partido Popular ha ganado las elecciones en Andalucía. Es un hecho histórico, hemos sido la fuerza más votada y nos comportaremos como lo que somos, la primera fuerza política de Andalucía», dijo Arenas, haciendo de tripas corazón. Pero ni siquiera ese argumento elevó el ánimo de la parroquia. A su lado, en el balcón, los gestos no eran menos significativos. Destacaba la cara de preocupación del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, sabedor de que una parte de la derrota está en el fuerte ajuste presupuestario que ha aprobado el Gobierno. Y allí estaba también la ministra de Empleo, Fátima Báñez, cuyo semblante serio reflejaba su preocupación, no solo por el fiasco de ayer, sino también por lo que supone de impulso a la huelga general convocada contra la reforma laboral.

Arenas se extendió dando las gracias a todos sus colaboradores, pero muy especialmente destacó el apoyo que ha recibido por parte del presidente del partido. Tras consumarse su cuarto fracaso en el asalto a la presidencia de Andalucía, es muy probable que Mariano Rajoy recupere pronto a Arenas para formar parte del Gobierno central. Pero ya no podrá ser nunca candidato en su tierra.