Rajoy y la «pax» asturiana

La Voz ENVIADO ESPECIAL

ESPAÑA

El presidente garantiza que el PP acabará con la espiral de enfrentamientos

23 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El sociólogo Holm-Detlev Köhler da en el clavo cuando dice que el PP y Foro Asturias son como dos hermanos que se llevan mal. Ayer, durante el paseo de Mariano Rajoy por Ribadesella, un coche de campaña de la formación de Cascos se situó estratégicamente a la puerta del hotel donde iba a intervenir el jefe del Ejecutivo. Con la sintonía y la voz de Cascos a todo volumen, realizó su parada justo en el punto donde se esperaba al presidente del Gobierno, hasta que una militante del PP comenzó a hacer aspavientos para echarlos, como quien espanta a una bandada de cuervos.

El presidente prefirió ayer un intenso baño de proximidad en el oriente asturiano, en plazas como Llanes o Ribadesella, donde las agrupaciones del PP tuvieron que reconstruirse, piedra a piedra, tras la desbandada en bloque de militantes y dirigentes. Quizás por eso Rajoy agradeció con énfasis la «lealtad» de quienes acudieron al mitin. Tras un par de paseos que recordaron a aquella curiosa y exitosa campaña por la Galicia rural para apoyar a Feijoo en el 2008, Rajoy visitó la fábrica de la sidra El Gaitero, para terminar dando un mitin en el mercado de Villaviciosa. El cierre adelantado de la campaña asturiana, motivada por la lógica competencia de la andaluza, evitó los actos multitudinarios en las grandes ciudades y apostó por asegurar el escaño en disputa en la circunscripción oriental.

Sin menciones a Cascos

Como en todas sus visitas recientes al Principado, Rajoy no mencionó de forma directa en ninguna ocasión a Francisco Álvarez-Cascos. Pero en realidad no dejó de hablar de él en todas sus referencias a Asturias. El presidente del Gobierno recordó que el adelanto electoral decretado por el jefe del Ejecutivo asturiano es inédito en la ya larga historia electoral española. «Perder un año en los tiempos que vivimos es perder mucho», dijo. Pero sobre todo recriminó la tendencia al conflicto que caracterizó este período.

«Asturias no puede instalarse en el enfrentamiento, ni con los de dentro ni con los de fuera», afirmó, para después ofrecer «un Gobierno que gobierne» y una suerte de pax asturiana que estaría sustentada en el carácter dialogante de la candidata Mercedes Fernández y en su hilo directo con el Consejo de Ministros y la presidencia del Gobierno. «No venimos a disputar con nadie, somos una fuerza que gobierna en casi toda España y Europa, que tiene la fortaleza para coger el toro por los cuernos sin discutir con nadie».

Más tarde, en Villaviciosa, volvió a referirse a Cascos sin nombrarlo. «En democracia, cuando se tiene minoría se pacta, se habla, se escucha a la gente y se gobierna, pero no se pude imponer la voluntad por encima de todo», aseguró, al tiempo que anunciaba que Cherines sería presidenta «en unas horas».

PABLO GONZÁLEZ