La Fiscalía General del Estado, una estructura jerárquica en la que imperan las directrices marcadas por su titular, ha protagonizado cinco llamativos cambios de posición en los 51 días que Eduardo Torres-Dulce lleva al frente del ministerio público.
Caso Camps. La Fiscalía, solo tres días después del nombramiento de Torres-Dulce, decidió que no iba a recurrir ante el Tribunal Supremo las absoluciones de Francisco Camps y Ricardo Costa en la causa de los trajes pese a haber ejercido la acusación desde un principio.
Yak-42. Tras haber defendido la necesidad de enjuiciar a seis mandos de las Fuerzas Armadas por homicidio imprudente, la Fiscalía decidió no recurrir el archivo de la causa dictado por el instructor el 2 de febrero.
Condena a Garzón. La Fiscalía nunca ejerció la acusación contra Garzón por entender que el exjuez no cometió delito alguno, pero no recurrió su condena.
11-M. El fiscal general ordenó a la Fiscalía de Madrid la apertura de unas diligencias de investigación para determinar si un vagón localizado en una nave de la capital formó parte de los convoyes de cercanías dinamitados el 11 de marzo del 2004.
Caso Matas. La Fiscalía cambia de parecer en unas horas y decide no reclamar el ingreso en prisión del expresidente del Gobierno balear.