La condena a Matas allana el camino para juzgar a Urdangarin

Melchor saiz-Pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

El expresidente burló los procedimientos para adjudicar contratos a dedo

21 mar 2012 . Actualizado a las 09:13 h.

La Audiencia Provincial de Palma dictó mucho más que una sentencia con la condena a seis años de cárcel y a nueve y medio de inhabilitación a Jaume Matas por la contratación fraudulenta de un periodista para que le hiciera los discursos y glosara sus bondades en la prensa local. El tribunal avaló expresamente con su fallo la macroinvestigación de la Fiscalía Anticorrupción -englobada bajo la denominación Palma Arena- sobre las numerosas y supuestas irregularidades en la isla durante los Gobiernos de Matas y allanó, según todas las fuentes del proceso, el camino para llevar a Iñaki Urdangarin al banquillo.

Los tres magistrados de la Sección Primera consideran a Matas culpable de malversación, prevaricación, falsedad documental y fraude a la Administración, con una condena conjunta de cinco años y tres meses, a los que suman otros nueve meses más por tráfico de influencias. El tribunal reconoce que se cometieron todos los delitos por los que se acusaba en esta pieza, la número dos de un total de 26. Cuatro de estos ilícitos son idénticos a los que probablemente se enfrentará el marido de la infanta Cristina (malversación, prevaricación, falsedad y fraude). Se trata de unos hechos muy similares a los que se acusa a Urdangarin en la pieza 25 de este macrosumario, al menos en lo que se refiere a sus negocios con Matas: la adjudicación a dedo por parte del entonces jefe de Gobierno de servicios hinchados por trabajos de dudosa utilidad, usando todo tipo de subterfugios administrativos con el fin de soslayar los sistemas de concurso público.

La sentencia considera probado que el exjefe del Ejecutivo balear amañó junto a sus subordinados varios contratos, facturas y subvenciones para beneficiar de forma arbitraria e irregular al articulista de El Mundo Antonio Alemany y a sus sociedades. Él y sus empresas recibieron fondos públicos por valor de 650.000 euros (200.000 por escribir sus discursos de forma encubierta y 450.000 en ayudas a su agencia de noticias). Según el fallo, Matas urdió la estratagema para pagar bajo cuerda regularmente a Alemany, que así no debía abandonar su puesto en el periódico. Desde ese rotativo, señala la resolución, el periodista pudo seguir haciendo su «crónica político-social» que por «afinidad ideológica con el Partido Popular iba a comportar naturalmente un beneficio, sea al partido o al presidente».

Además de Matas, fueron condenados el propio Alemany (tres años y nueve meses); Joan Martorell, exdirector general de Comunicación (un año y seis meses); y Miguel Romero, dueño de la agencia que intermedió en la contratación del periodista (un año y 45 días). Las ex jefas de gabinete de Matas, Dulce Linares y María Umbert, han sido absueltas.

Para la Fiscalía, es particularmente importante la condena a Alemany porque son los clásicos delitos de corrupción de los que se imputa a todas las personas a las que supuestamente benefició Jaume Matas, entre ellas a la trama del Instituto Nóos.