Las tres exigencias de la Zarzuela no frenaron a Iñaki Urdangarin

MELCHOR SAIZ-PARDO PALMA DE MALLORCA / COLPISA

ESPAÑA

Andrea Comas

El duque de Palma reconoce que hizo negocios con Torres después del 2006

27 feb 2012 . Actualizado a las 08:24 h.

Solo después de dos días de intensos interrogatorios, Iñaki Urdangarin se avino a reconocer ante el juez José Castro que siguió haciendo negocios con Diego Torres después de que el rey le ordenara, en la primavera del 2006, romper con el instituto Nóos, tras conocerse la existencia de millonarios contratos a dedo con los Gobiernos balear y valenciano para organizar eventos deportivos.

El relevo de Castro en la dirección de la declaración lo tomó, a media tarde de ayer, el fiscal Pedro Horrach, quien planteó un interrogatorio «durísimo» al duque. La intención de Anticorrupción era someter al imputado a una larga batería de cuestiones, por lo que la sesión se alargó hasta la madrugada. Urdangarin alegó que esos nuevos negocios con Torres, a su entender, no violaban las hasta ayer inéditas tres exigencias que le impuso la «casa de su majestad el Rey» (sic) cuando supo de los jugosos pelotazos de Nóos con las administraciones públicas. La Zarzuela -explicó- le permitía a partir de entonces tener «actividades mercantiles propias», pero no podía volver a «contratar», siquiera «negociar», con Administraciones públicas; debía «desarticular progresivamente» su relación con Nóos y Torres, con quien se le prohibía tener proyectos de «larga duración», y no podía volver a tener «vinculación» con fundaciones sin ánimo de lucro que pudieran dar pie a negocios privados.

Urdangarin dijo haber cumplido con estas tres condiciones cuando ayer se le exhibió un documento muy difícil de refutar y que prueba que no rompió con Torres: un correo electrónico que este último envió al exdeportista el 21 de julio del 2008 -más de dos años después del toque de Zarzuela- y en el que Torres da cuenta: «Durante el último año hemos trabajado juntos en cinco proyectos» y desvela que el reparto de beneficios irá al 50 %.

El duque reconoció que, aunque en realidad fueron cuatro y no cinco, es cierto que siguió trabajando con su exsocio cuando ya era alto ejecutivo de Telefónica. Según el correo, tres de esos «proyectos» tuvieron que ver con Aguas de Valencia, Lanzarote y Pernod Ricard. Del primero, habla de una facturación de 100.000 euros y un beneficio de 11.123 euros.

Mediación

Torres se asigna a sí mismo en concepto de honorarios 33.333 euros. Sobre Lanzarote, que son unas jornadas deportivas, Urdangarin y Torres se llevaron cada uno 5.959 euros. Sobre la marca francesa de bebidas Pernod Ricard, de la que Urdangarin fue asesor de responsabilidad social, no figura el reparto.

Del mismo modo, el marido de la infanta hubo de admitir que, tras su supuesta ruptura a petición de Zarzuela, en el 2007 «medió» entre Torres y el Gobierno balear para que el Ejecutivo de Matas pagara al instituto una factura pendiente de 400.000 euros. Según su versión, no exigió el pago sino que se limitó a intentar poner de acuerdo a las dos partes, por un lado a Torres y por otro su entonces amigo Pepote Ballester, director balear Deportes.

Urdangarin también se amparó en el cumplimiento de las tres cláusulas impuestas por la Zarzuela para justificar que su propia empresa Aizoon, de la que es copropietaria la infanta, siguiera trabajando para empresas del entramado Nóos, ya que, según él, estas firmas no estaban en realidad relacionadas con la fundación que debía abandonar.

Dos empleados rumanos, criados y administrativos de la sociedad

Iñaki Urdangarin justificó durante el interrogatorio al que le sometió el fiscal Pedro Horrach que se cargaran a las arcas de la inmobiliaria-consultora los sueldos de los dos empleados del hogar rumanos que trabajaban en su palacete de Pedralbes, que cobraban unos 600 euros al mes. De acuerdo con su versión, estos dos extranjeros eran un suerte de multiempleados, que lo mismo realizaban tareas domésticas como hacían gestiones administrativas para la sociedad, por lo que no considera irregular que fuera Aizoon la empresa que les tuviera en nómina, como si dos empleados normales más de su plantilla se tratara.

El larguísimo interrogatorio no hizo mella en Urdangarin, que siguió lanzando balones fuera. Si el sábado apuntó contra su exsocio, hoy el exbalonmanista descargó responsabilidades sobre sus antiguos empleados y en particular sobre Marco Antonio Tejeiro, el exadministrador de buena parte de las empresas que supuestamente se usaron para desviar a los bolsillos privados del duque y de Diego Torres el dinero público que entraba en las arcas del Instituto Nóos.

El juez del caso sometió al imputado a un interrogatorio a fondo sobre la organización de los Forum Illes Balears en los años 2005 y 2006, por los que Nóos se embolsó casi 2,6 millones de euros. Una buena parte de ese dinero terminó en las empresas del duque de Palma y de su examigo gracias a la autocontratación y al cruce de facturas, ya fuesen falsas o hinchadas.

Pero Urdangarin dijo que él de esas cuentas no sabía nada, que jamás se ocupó de la cuestión económica de esas reuniones y que, de haber alguna irregularidad, debe ser responsabilidad de Marco Antonio Tejeiro, que era el administrador de Nóos.

Manipularon facturas por más de 700.000 euros

A Urdangarin se le complican las cosas mientras declara ante el juez. Y no por sus respuestas, sino porque la investigación, lejos de detenerse para escuchar al yerno del rey, avanza a pasos de gigante mientras él intenta defenderse en los juzgados de Palma. En las últimas horas, coincidiendo con el interrogatorio del duque, la Fiscalía Anticorrupción ha descubierto que Nóos manipuló facturas de algunos de sus proveedores, sin que estos lo supieran, por valor de 705.000 euros. Unas facturas que se usaban para engordar aún más los presupuestos que se cargaban a las Administraciones.

La primera partida es de mayo del 2006. Nóos, según los informes del Ministerio Público, encargó a una firma catalana trabajos de diseño relacionados con «confecciones de candidaturas» para diferentes federaciones deportivas con vistas al proyecto que Urdangarin presentó al Gobierno valenciano de Camps para organizar unos Juegos Europeos. La empresa, que ahora colabora con la investigación, emitió 13 facturas proforma por 124.000 euros. Aunque al final el trabajo no se realizó, el instituto supuestamente las cargó como gastos para esas euroolimpiadas que jamás se celebraron y por las que Nóos se embolsó 382.203 euros.

Las de los frustrados juegos no son las últimas descubiertas. También se ha dado con otras 18 facturas emitidas por una empresa de comunicación por 581.000 euros. La última, de 30.000 euros, por diversas asesorías, también había sido colada sin tapujos para hinchar los presupuestos de los dos Illes Baleares Forum.

A la vista de los datos, Anticorrupción concluye que Urdangarin y Torres usaban la entidad sin ánimo de lucro para conseguir «ilícitamente fondos públicos». El instructor del caso, José Castro, y Anticorrupción tienen sospechas de que esas facturas manipuladas puede que no sean las únicas que Nóos endosó y revisan ya una treintena de trabajos de proveedores, para comprobar si hubo más uso fraudulento.

Y aún más. En paralelo al interrogatorio, Anticorrupción abrió una nueva investigación sobre la existencia de una segunda supuesta trama de evasión fiscal, que se sumaría a la ya conocida para sacar dinero a Belice. El juez, tras saber de una nota escrita que revelaría que Urdangarin recibió 200.000 euros en el 2007 de origen desconocido, ordenó investigar 3 empresas internacionales con vínculos con Nóos.