El preso sin delitos de sangre más antiguo de España sale de la cárcel
16 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Miguel Montes Neiro recorrió ayer, por última vez, la rampa que conduce a la salida de la cárcel granadina de Albolote, una de las muchas en las que cumplió condena, después de más de 35 años en prisión. El preso sin delitos de sangre más antiguo de España saludó desde allí a su familia, y minutos después, ya en el exterior del penal, levantó los brazos y se fundió con ellos en un abrazo, para iniciar una nueva vida y con la promesa de no volver a delinquir.
Visiblemente emocionado y ante una gran expectación mediática, Neiro rechazó salir del recinto en un coche. Optó por darle la mano a sus hijas y comenzar a correr, consciente de su libertad. Luego habló. «Por fin me siento libre. Es mi primera oportunidad en la vida», afirmó en declaraciones recogidas por Efe. Su última noche en prisión la pasó en su celda «como un león, dando vueltas» y reflexionando sobre cómo será ahora su futuro, que dedicará a sus hijas, «mis diosas». Neiro, que ingresó en prisión por primera vez en 1976 por negarse a hacer el servicio militar, no se arrepiente de su pasado, «no vale de nada, lo hecho, hecho está» y reconoció que nunca logró adaptarse ni se resignó a permanecer en la cárcel, a pesar de que las condenas se iban acumulando con el paso del tiempo.
Residirá en Málaga
Montes Neiro nació hace 61 años en Granada y más de la mitad de su vida la ha pasado en prisión. Tras salir de la cárcel de Albolote se fue a comer con su familia y sus amigos a un asador de Alhendín, y a partir de ahora residirá en Málaga con sus dos hermanas. «Soy ceramista autodidacta, daré algunas clases en Bellas Artes, si puede ser, para acentuar los conocimientos que tengo. Y de eso quiero vivir, de eso y de lo que Dios tenga para mí, que algo bueno tendrá, porque yo no soy un bicho».
Neiro también tiene otras ofertas. Su vida será objeto de un libro y quizá de una película, pero dice que no lo contará todo «para no hacerle daño a la gente».