Carlos Dívar exige en el Congreso respeto para las decisiones de los tribunales

Mateo Balín MADRID / COLPISA

ESPAÑA

14 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Balones fuera. La esperada comparecencia del presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Dívar, en la Comisión de Justicia del Congreso apenas pasó de puntillas sobre el revuelo que ha causado la expulsión de Baltasar Garzón de la carrera judicial. En una maratoniana intervención, Carlos Dívar fue instado por los grupos parlamentarios, sobre todo los de la izquierda, para que diera una explicación sobre la condena del Supremo a Garzón, a lo que el presidente del Consejo del Poder Judicial respondió con ironía que nadie lo ha nombrado «juez de jueces y, por tanto, me abstendré de juzgar cualquier decisión del Tribunal Supremo y de otros tribunales; lo que sí hago es acatarlas y respetarlas».

Dívar empleó en todo momento un tono institucional para referirse, sin nombrarla, a la inhabilitación del juez, aunque hizo constantes referencias al daño que producen las críticas políticas y sociales a las decisiones judiciales. «No podemos deslegitimar las instituciones del Estado ni mucho menos descalificar personalmente a las personas que en principio actúan con probidad, honestidad y justicia, como son la mayor parte de los magistrados y jueces de España», afirmó.

Errores de los políticos

Para el presidente del órgano de gobierno de los jueces, «España y la Justicia española, con sus defectos y sus críticas, es un Estado de derecho en todos los sentidos y un Estado de garantía». Y añadió: «Ya quisiera yo que los políticos, cuando se puedan equivocar, y de hecho se equivocan en bastantes ocasiones, como todos los humanos, tuvieran la cantidad de recursos que tiene el Poder Judicial para corregir sus defectos».

Con sus palabras, Dívar se refería a las intervenciones de algunos portavoces de los grupos parlamentarios, y en especial al de Izquierda Plural, Gaspar Llamazares, quien aseguró que no puede respetar ni acatar la condena a Garzón por ordenar las escuchas del caso Gürtel porque le parece injusta, «una barbaridad y un escándalo».

«No sé si lo sabe, pero tiene un caso Dreyfus» encima de la mesa, advirtió Llamazares, en referencia a la acusación falsa y procesamiento que sufrió el capitán judío francés en 1859. Una comparación que causó la sonrisa de Dívar.

En relación con el funcionamiento de la Administración de Justicia, Carlos Dívar abogó por reducir a un máximo de treinta días el plazo del secreto de los sumarios para evitar las habituales filtraciones. Destacó en este sentido que el órgano de gobierno de los jueces está esforzándose al máximo para investigar todos los casos en que se airean datos de causas declaradas secretas porque, dijo, atentan contra la intimidad y el derecho a la defensa. Se refirió en concreto al instructor de la causa en la que está imputado Iñaki Urdangarin para negar que se le haya abierto expediente, pero sí se están investigando las filtraciones del sumario.