El guardaespaldas y el sicario del crimen de Ciempozuelos se culpan entre sí

EFE

ESPAÑA

El guardaespaldas declaró que contó que se habían cargado al exmarido de su amiga y que al pregutarle si había sido la mujer, él dijo que no.

16 nov 2011 . Actualizado a las 17:14 h.

El guardaespaldas y el sicario que están siendo juzgados en la Audiencia Provincial madrileña por el asesinato en Ciempozuelos (Madrid) de un hombre por encargo de su exmujer, una abogada que temía perder la custodia de su hija, se han culpado hoy entre sí de la responsabilidad del crimen.

Así lo han manifestado en sus declaraciones durante el segundo día del juicio al guardaespaldas Eloy S.B., al presunto sicario Charles Michael G.C. y a la abogada María Dolores M.P., quienes se enfrentan a penas de entre 39 y 43 años de cárcel, según la petición del fiscal.

El primero en declarar ha sido Eloy, que ha recordado que conoció a María Dolores porque la pareja de ella y él habían montado una empresa de seguridad en obras y discotecas, pero ha destacado que ella nunca le habló de matar a su exmarido, Miguel Ángel S.P., sino solo de darle «un susto».

Eloy, que fue guardaespaldas de la actriz Ana Obregón y que ha tenido varios juicios de faltas con anterioridad, según han confirmado fuentes jurídicas, ha asegurado que nunca vio personalmente a la víctima pero que supo de toda la organización para darle el «susto».

Así, ha confesado que conoció al sicario, Charles Michael, al presentárselo un conocido en el local Palacio de Gaviria (Madrid) como hombre con experiencia en cobros, y que él, a su vez, le habló de María Dolores.

Ella quedó con Charles Michael en una cafetería de la madrileña Gran Vía para darle una foto de su exmarido y la dirección de su piso en Ciempozuelos, según el acusado.

Eloy ha reconocido que compró un móvil para que Charles Michael le llamara y que le acompañó varias veces a ver la casa de la víctima.

El 14 de marzo de 2007, día del crimen, los dos fueron a Ciempozuelos y Charles Michael entró en el domicilio de Miguel Ángel para salir minutos después diciendo: «Ya he hablado con él y está arreglado»; luego Charles Michael llamó por teléfono a María Dolores para decirle la misma frase, ha rememorado Eloy.

Esa misma noche cenaron juntos María Dolores y Eloy y ella le dijo a éste que no se preocupara «de nada», ha concluido.

Eloy, que ha destacado que no es confidente ni ha hecho ningún acuerdo con la Guardia Civil sobre la causa, ha dicho que tiene «miedo» de Charles Michael ya que en la cárcel le ha amenazado, y que le pagó 17.000 euros pero solo para que se comprara un coche.

Por su parte, Charles Michael, de padre colombiano y que tiene una casa en Arenas de San Pedro (Ávila), se ha definido como «un hombre de negocios», que nunca ha estado en Ciempozuelos, no ha tenido contactos con María Dolores, no ha tenido una pistola y que la policía «podía haber hecho muchísimo mejor su trabajo».

Ha resaltado que vino a Madrid para informarse sobre temas de seguridad y que, por ello, contactó con Eloy en 2006 en el Palacio de Gaviria.

También ha aseverado que no le ha amenazado, pero que está en esta situación por culpa de su «declaración interesada».

«Debe tener miedo, pero no de mí», ha continuado el presunto sicario, que ha manifestado que Eloy «mezcla verdades con mentiras» y que más de una vez le habló de que tenía una amiga con problemas con un pederasta.

Eloy le contó un día que se habían cargado al exmarido de su amiga y que al preguntarle «¿ha sido la mujer?» él le dijo muy «convencido» que no; en la cárcel he sabido por qué lo dijo «tan convencido», ha señalado.

Sobre las escuchas en las que se le oye pedir dinero a Eloy se debe a que le prestó dinero cuando el otro le dijo que no tenía liquidez y que si quería recuperarlo era para comprarse un coche y no tener «broncas» con su mujer, ha añadido.

Asimismo, ha explicado que si recomendó a Eloy en otra llamada grabada que viera la película «Sin city» -«Ciudad del pecado»-, fue como «una tontería».

Esta mañana, el padre de la víctima, Antonio S., ha contestado a las palabras que ayer se escucharon en una grabación en boca de María Dolores, y ha aseverado: «ella es la que se tiene que pudrir, a ella es a la que se la tienen que comer las víboras». El juicio continuará el próximo lunes.