Duro golpe al turismo, gran motor de la economía isleña

La Voz

ESPAÑA

14 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El verbo cancelar es el más conjugado en la isla desde el pasado mes de julio, cuando comenzaron los primeros temblores que anunciaban la actual crisis sísmica.

El parador de El Hierro se encuentra a quince kilómetros de La Restinga. Álvaro Ramos, gallego natural de As Pontes, es su director y aporta datos concluyentes. El pasado martes en tan solo una hora se anularon una treintena de reservas. «En los meses de verano esperábamos facturar un 10 % más que el pasado año y estábamos ya un 40% por debajo», detalla. La explicación es muy clara para Ramos: «La gente tiene miedo».

Iñaki Cayón regenta uno de los diez centros de buceo de La Restinga, una zona muy apreciada por los submarinistas. Ahora, su futuro está en el aire. En los últimos quince días, más de una treintena de personas cancelaron sus reservas. Él, su mujer y sus dos hijos viven ahora en la casa de unos amigos en Valverde. «Estamos agobiados porque no sabemos cuándo vamos a poder volver. Y las autoridades nos dicen que puede ser en tres días o en varios meses», señalaba poco antes de acudir a una reunión entre hosteleros, restauradores y comerciantes para analizar la situación.

También ayer se fracturó la armonía con que las instituciones autonómicas e insulares estaban afrontando la crisis en El Hierro. El presidente del cabildo, Alpidio Armas, criticó abiertamente el desalojo ordenado por el Gobierno canario del pueblo de La Restinga y pidió la reapertura del túnel de El Roquillo, vital para la comunicación vial en la isla y cerrado al tráfico desde el 27 de septiembre.