La propuesta de Zapatero ha dejado fuera de juego a Rubalcaba, que nunca ha creído en introducir la limitación del déficit en la Constitución y que solo la noche antes del anuncio se vio obligado a darle su visto bueno.
Revés para el candidato. Rubalcaba es el gran damnificado. Desde que fue designado candidato ha desplegado un discurso de recuperación de las señas de identidad socialdemócratas, que choca con esta medida que ata las manos de los Gobiernos para realizar políticas sociales y a la que siempre se había opuesto. Rajoy aprovechó para asestarle en el Congreso un duro golpe al recordarle que se mofó de él cuando la propuso hace poco más de un año. Rubalcaba no ha tenido otra opción que respaldar a regañadientes una reforma en la que no cree y que le perjudica entre el electorado de izquierdas El candidato también se ha acercado a los indignados e incluso ha recogido algunas de sus iniciativas. Ahora el 15-M ha tomado como bandera la celebración de un referendo sobre la reforma.
Oposición en el PSOE. Antonio Gutiérrez ya ha anunciado que votará en contra de lo que califica como «profunda barbaridad». Los tres diputados de la corriente Izquierda Socialista han expresado su oposición, porque «constitucionaliza uno de los principios ideológicos más duros del neoliberalismo», según Manuel de la Rocha. El ex ministro Jordi Sevilla también se mostró crítico. Alfonso Guerra, presidente de la Comisión Constitucional, que no fue consultado por el partido, aseguró que no se explica por qué tanta prisa si el límite no se aplicará hasta el 2018. El exministro Josep Borrell se ha unido a la plataforma que reclama un referendo. Tomás Gómez se ha mostrado «escéptico» con la iniciativa y Juan Fernando López Aguilar, «perplejo».
Chaves, Rubalcaba y Patxi López piden flexibilidad. El vicepresidente tercero dijo que el techo de gasto debe variar según los períodos de crecimiento y valorar la autonomía financiera de las comunidades. El candidato advirtió de que no hay que pillarse los dedos y que se debe poder modificar en momentos de dificultades. El lendakari señaló que no puede ser un «corsé» que impida hacer política en tiempos de crisis.