A causa de la crisis económica, su ministerio se convirtió en el centro de la política del Gobierno.
Desde mediados de 2010, su ministerio ha tenido que presentar una serie de medidas para evitar el efecto contagio de la crisis que afecta a los países de la periferia de la zona euro.
Entre estas medidas destacan la reforma laboral, que aprobó el Gobierno ante la falta de acuerdo de los agentes sociales, la reforma de las pensiones o los recortes en los gastos de la Administración.
Sin embargo, estas mediadas no han sido suficientes para despejar las dudas de los mercados financieros, lo que ha disparado durante estos meses la prima de riesgo de la deuda española.
Tampoco ha facilitado su labor la falta de acuerdo entre la patronal y los sindicatos respecto a la negociación colectiva, otro de los asuntos que ha tenido que acometer el Ejecutivo ante la ruptura de la negociación y la imposibilidad de llegar a algún acuerdo.
Tras la remodelación del Gobierno por la salida de Alfredo Pérez Rubalcaba, el 11 de julio de 2011 fue nombrada vicepresidenta de Asuntos Económicos.
El presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, le nombró su sustituto para presidir el Consejo de Ministros, lo que le convierte en vicepresidenta primera «de facto».
Por su parte, el presidente de la Comisión Constitucional del Congreso, Alfonso Guerra, ha confesado hoy que no tiene muy claro si debe presentarse a la reelección como diputado del PSOE y ha señalado que se lo pensará si sus compañeros de partido le reclaman para concurrir de nuevo en las listas.
En los pasillos del Congreso, Guerra ha esgrimido tanto su edad como los años que lleva de diputado -desde 1977 de forma ininterrumpida- para plantear la posibilidad de no repetir.
No obstante, se ha negado a establecer «comparaciones con nadie», después de que el presidente del Congreso, José Bono, dijera la semana pasada que su posición personal sería no volver a presentarse y de que la vicepresidenta económica, Elena Salgado, haya manifestado su deseo de no concurrir de nuevo.
Quien fuera vicesecretario general del PSOE con Felipe González ha precisado que escuchará lo que digan sus compañeros de partido, especialmente los de Sevilla, circunscripción por la que se ha presentado siempre.
«Si los compañeros lo creen necesario, me lo pensaré. Si ven que es el momento de hacer un relevo, con mucho gusto haré un relevo. No lo tenemos claro», ha indicado.
En cualquier caso, ha insistido en que él ya ha hecho «la mili» y se ha «reenganchado» muchas veces, hasta el punto de que es el político que más años ha sido diputado «en toda la historia del parlamentarismo español».
«Yo creo que estoy legitimado para decir: 'Oiga, ya no más'. Pero ya veremos», ha concluido.