Los indignados vuelven a exhibir en Madrid su fuerza

Melchor Sáiz-Pardo

ESPAÑA

Decenas de miles de personas toman Madrid con protestas contra los políticos y los bancos en un ambiente festivo.

25 jul 2011 . Actualizado a las 00:37 h.

24J. Nueva fecha en el calendario del 15M. Los indignados de toda España volvieron a exhibir su fuerza este domingo, dos meses y medio del nacimiento de la protesta ciudadana. Decenas de miles de personas se manifestaron en Madrid, una vez más en un ambiente festivo y con muy escasos incidentes. La marcha, más desorganizada y ecléctica que nunca, introdujo algunas novedades frente a las protestas anteriores: más presencia de extranjeros, críticas mucho más localizadas contra los bancos y la Unión Europea y, sobre todo, decenas de banderas de comunidades autónomas, las de los marchadores indignados llegados a la capital de España desde diversos puntos de la península en las siete columnas procedentes de Galicia, País Vasco, Cataluña, Andalucía, Extremadura, Valencia y Murcia

El 15M demostró que sigue teniendo músculo, a pesar de las vacaciones estivales y que la de hoy era la cuarta convocatoria en apenas 70 días, después de las manifestaciones del 15 de mayo que dieron origen al movimiento, las acampadas en las plazas durante varias semanas y las protestas del 19 de junio que, según diferentes cálculos, sacaron a la calle a cerca de 200.000 personas en todo el país en contra de los recortes sociales, el pacto del euro, la banca y los políticos.

La afluencia fue masiva durante los dos kilómetros y medio de marcha, los que separan la Estación de Atocha y la Puerta del Sol, emblema del 15M. Una hora y media larga de manifestación tras tres pancartas principales: «No es la crisis es el sistema», «No es una crisis, es que ya no te quiero» y «todo el poder para el pueblo».

Fue un recorrido inédito para una protesta del 15M, pero el resto fue bastante parecido. Volvieron a oírse las mismas proclamas y leerse casi los mismos carteles. Consignas como «Que no nos representan», «Hace falta ya una huelga general», «Esta crisis, no la pagamos», «Le llaman democracia y no lo es» o «Si somos el futuro por qué nos dan por culo» fueron gritadas por decenas de gargantas de perroflautas, padres con niños, anarkos, parados, ancianos y amas de casa. Una muchedumbre, entre las que destacaban banderas de la Grecia rescatada, que, eso sí, dejo ver carteles más novedosos, mucho más centrados en ataques a la UE y al sistema financiero, tales como «la banca al banquillo» o «No a la Europa de los mercaderes», y manifestantes con caretas de Angela Merkel.

El ambiente fue festivo, casi carnavalesco con decenas de indignados disfrazados manifestándose entre las decenas de tiendas de los columnistas instaladas a lo largo del Paseo del Prado y el de Recoletos. El calor, además, no fue sofocante, lo que hizo que decenas de turistas se unieran casi espontáneamente a la fiesta, que no dejó de serlo a pesar de la visible presencia de varios grupúsculos extremistas en la cabecera de la manifestación que, no obstante, no lograron arrastrar a la masa ni provocar el enfrentamiento con la Policía, cuya presencia fue notable, aunque muy discreta.

Aún así, los alborotadores lo intentaron. Un grupo de una veintena de radicales, antes de que arrancara la marcha, asaltó un Mac Donald's de las cercanías de Atocha, al grito de «¡Multinacionales, terroristas!». La okupación del restaurantes apenas duró unos minutos y los indignados abandonaron el local sin que interviuniesen las fuerzas de seguridad.

La situación, tal y como se temía, fue igualmente tensa al paso de la manifestación por la Plaza de Neptuno, a escasos metros del Congreso, objetivo de protestas pasadas de los indignados. Allí fueron cerca de un centenar de radicales los que desbordaron el improvisado y desorganizado cordón de seguridad de la organización para alcanzar la triple valla de seguridad que, en la Carrera de San Jerónimo, cerraba el paso al Parlamento, custodiado por una treintena de agentes de las UIP (antidisturbios) y un helicóptero que controló desde el aire todo el desarrollo de la manifestación.

Los congregados más beligerantes, tras lanzar insultos contra los partidos y llamar al asalto de la cámara, ante la falta de apoyo de la inmensa mayoría de los manifestantes desistieron de su intento sin llegar a protagonizar incidentes con la policía. Solo militantes de 'Anonymous', ocultando su rostro tras la conocida máscara y que portaban pancartas con críticas a la Policía, secundaron la momentánea protesta frente al Congreso.

La gran mayoría de los indignados estaba más interesados en otras performances, en particular la de varios grupos de jóvenes, ellas y ellos, que mostraron su enfado con el Gobierno y las entidades financieras desnudándose ante el Ministerio de Sanidad, el Banco de España y la sede del Banco de Santander de Gran Vía. El banco de Botín y él mismo fueron objeto de numerosos insultos.

Algunos de los indignados, incluso, llegaron a arrojar pintura roja contra la entidad.

La marcha alcanzó la Puerta del Sol poco antes de las 8.20 de la tarde, para entonces ya tomada por decenas de manifestantes, decenas de marchadores indignados acampados y, sobre todos, centenares de curiosos y turistas, que se unieron a la fiesta.

Con la caída de la noche, los indignados volvieron a reunirse, por enésima vez este fin de semana, con el objetivo prioritario de cerrar una fecha para una nueva protesta masiva, la quinta, que sin duda será ya luego del mes de agosto.