La jueza del Bateragune pregunta a una acusada si un tiro es violencia política

Melchor Saiz-Pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

La hija de Patxi Zabaleta había usado de manera reiterada durante su interrogatorio el eufemismo de «violencia política» para referirse a los atentados de ETA.

29 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La presidenta de la Sección Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Ángela Murillo, irrumpió ayer en la vista oral del Bateragune, en la que se enjuicia a Arnaldo Otegi y a otros siete dirigentes de la izquierda aberzale por refundar Batasuna. Tras una primera sesión en la que la locuaz magistrada hizo por morderse la lengua, ayer no se contuvo y protagonizó uno de sus habituales rifirrafes dialécticos con los acusados, esta vez con Miren Zabaleta, hija de Patxi Zabaleta, el líder de Aralar.

Zabaleta había usado de manera reiterada durante su interrogatorio el eufemismo de «violencia política» para referirse a los atentados de ETA. Al final de su intervención, la jueza se olvidó de que el pasado febrero el Supremo le anuló una condena de dos años de cárcel a Otegi, precisamente por mostrar «prejuicios de culpabilidad» por sus comentarios extemporáneos durante la vista. «Usted se ha manifestado contraria a la violencia política. ¿Qué es la violencia política? ¿Un tiro en la nuca o un atentado a seres inocentes, eso es violencia política?», inquirió a Zabaleta. «Es la violencia que ha sido utilizada en el contexto de un conflicto, motivada por razones políticas», respondió la procesada, que añadió: «Si quiere, podemos no ponerle ningún adjetivo y llamarle violencia a secas». «No, si el adjetivo se lo ha puesto usted, yo no», apostilló la jueza.

No fue la única intervención de Ángela Murillo, que tras el incidente con la procesada decidió olvidarse definitivamente del «guante de seda» de la primera sesión. Cuando el dirigente aberzale Rufi Etxeberria entró en la sala para declarar como testigo se abrazó efusivamente con Otegi. La jueza le preguntó, como es preceptivo, si conocía a alguno de los procesados. Luego recapacitó: «¡Le conoce y le quiere una barbaridad, por lo que se ve!», le espetó.

Otegi hizo la luz

La segunda sesión del proceso Bateragune estuvo marcada por los intentos de los dirigentes de la izquierda aberzale, testigos y procesados, de demostrar que Arnaldo Otegi, lejos de tratar de refundar Batasuna a las órdenes de ETA, lo que pretendía hace dos años cuando fue detenido era forzar al mundo independentista vasco a romper definitivamente con la banda terrorista.

Zabaleta llegó incluso a afirmar que Otegi «hizo la luz» en la izquierda aberzale al plantear por «primera vez en voz alta» el debate de «que lo que tenía que cambiar no era tanto la actitud del Estado como la propia estrategia de la izquierda aberzale, dejando de lado la violencia política».