PSOE y PP apuestan ahora por renovar el Constitucional este mes

Enrique Clemente Navarro
Enrique clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Trillo se muestra optimista y dice que se han levantado «las reservas»

15 jun 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Puestos en evidencia por la renuncia no aceptada de los tres magistrados del Tribunal Constitucional, el PSOE y el PP dijeron ayer que habían entendido el mensaje y se mostraron dispuestos a negociar de inmediato su renovación, pero continuaron lanzándose reproches mutuos. Por su parte, José Bono les daba dos semanas más de plazo para ponerse de acuerdo en los nombres de los cuatro miembros del tribunal que debe elegir el Congreso. El presidente de la Cámara recordó que era la séptima vez que los conminaba en la Junta de Portavoces a cumplir con su obligación y los criticó por «su obstinación con que casi a diario los grandes partidos políticos se dan la espalda».

Sin embargo, unas declaraciones de Federico Trillo dieron margen para el optimismo. El responsable del PP en asuntos de justicia expresó su «fundada esperanza» de que habrá acuerdo antes del 30 de junio porque han desaparecido «reservas» y «cautelas» que antes dificultaban la negociación. Fuentes del PP explicaron más tarde a Efe que una de esas reservas era la candidatura de Enrique López, que podría haber dejado de ser un obstáculo insalvable. Las mismas fuentes explicaron que Trillo se puso el lunes en contacto con el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, para reiniciar el diálogo después de lo que calificó «aldabonazo en la conciencia» que supuso la renuncia de los tres magistrados. Pero hasta el momento, ni el PP ha renunciado a López ni el PSOE ha levantado su veto. En todo caso, la retirada de López sigue siendo hasta ahora condición sine qua non de los socialistas para llegar a un pacto, según confirmaron fuentes socialistas. Si Mariano Rajoy lo sustituyera por otro aspirante, el acuerdo sería inmediato.

Voluntad de diálogo

La portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, consideró imprescindible la renovación y manifestó la «voluntad sincera de diálogo» de su partido para llegar a un acuerdo con los socialistas, pero «sin vetos ni bloqueos». Al tiempo, calificaba de «descabelladas» las declaraciones de los ministros Francisco Caamaño y Ramón Jáuregui, que culparon a los populares del bloqueo. El ministro de Justicia denunció la «deslealtad institucional» del PP y su estrategia de «o lo que yo quiero o la nada», mientras el de Presidencia aseguraba que podría caer en la tentación de no llegar a una acuerdo ahora para negociar en condiciones más favorables tras las elecciones generales.

Rubalcaba afirmó que «dos no pactan si uno no quiere», aunque en uno de sus habituales juegos de palabras, añadió que si el que no quiere «pasa a querer», la renovación será «muy fácil».