Las comunidades autónomas deben 9.400 millones de euros en sanidad. El pasado martes los portavoces en el Congreso de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, y PP, Soraya Sáenz de Santamaría, coincidieron en pedir un gran pacto de Estado para salvar el sistema. El nacionalista catalán dijo claramente que el modelo actual «no es sostenible»; la popular evitó hacerlo pero señaló que «lo que no es sostenible es no hacer nada con la sanidad». De hecho, Cataluña ya ha aprobado una drástica reducción de los servicios sanitarios y pretende que solo los utilicen los extranjeros que lleven al menos seis meses empadronados en la comunidad.
Los expertos consideran imprescindible reformar el sistema. «El gasto sanitario ha crecido a mucho mayor ritmo que el PIB, la población o los ingresos tributarios», explica Cantalapiedra. «Los avances tecnológicos y científicos, el incremento de las prestaciones, la mejora de las infraestructuras sanitarias o el aumento de la esperanza de vida dificultan el control del presupuesto en sanidad, sin que apenas se haya repercutido ningún coste al usuario», añade. Cree que existe margen para reducir el gasto y mejorar la eficiencia, pero «no será suficiente para garantizar la sostenibilidad a largo plazo». Y se lamenta de que «el debate político ha desvirtuado la idoneidad del copago cuando era un tema casi de consenso hace apenas un año». Pide una reflexión profunda porque hay que revisar muchos criterios; por ejemplo, dice, «no tiene sentido seguir considerando la edad para discriminar la capacidad de pago de los usuarios, cuando existen otros más objetivos y justos, como su renta o su situación laboral».
Hacia el copago
«Hay que ir hacia un sistema de copago, ya lo tenemos en parte para los medicamentos y habría que aumentar el porcentaje que paga la gente de las recetas y hacer que los jubilados empiecen a pagar», señala De la Fuente. «Por supuesto con cuidado, excluyendo a los niveles más bajos de renta y los tratamientos muy caros para enfermedades catastróficas», puntualiza. También cree que habría que repensar la estructura del sistema. «Por ejemplo, hay regiones que son demasiado pequeñas para tener sistemas sanitarios totalmente independientes, habría que buscar herramientas para compartir servicios e instalaciones especialmente caros», propone. Sánchez Maldonado, recién elegido concejal socialista en Málaga, afirma que «es necesario mejorar la eficiencia en el gasto», pero es contrario a «la excesiva privatización y al copago generalizado».