Además de los barones que se reúnen hoy con Zapatero en la Moncloa, en el comité federal del PSOE están presentes muchos otos dirigentes, muchos de los cuales no se sienten obligados a secundar la opinión de los barones territoriales de la federación a la que pertenezcan. Y entre quienes van a decidir el futuro del PSOE están también cargos como el vicesecretario general, José Blanco, que aparece como un actor fundamental en el proceso que se forjará a partir de hoy.
Blanco ya dejó dicho hace tiempo que sería neutral en el proceso, pero no «indiferente». El día siguiente a la derrota electoral aseguró que el plan de convocar primarias seguía adelante, pero una vez que Patxi López puso encima de la mesa la posibilidad de un congreso no se ha pronunciado. Dirigentes del PSOE dan por hecho que Blanco estaba junto a Rubalcaba y detrás de López en su reclamación de un congreso. Pero esos mismos dirigentes dudan ahora si, tras desactivar a Carme Chacón, Blanco apuesta por las primarias o por el congreso.
En el comité federal está también José Bono, al que muchos socialistas incluyen también entre los conjurados para otorgar todo el poder a Rubalcaba, a pesar de que el presidente del Congreso se declare neutral y se limite de cara al exterior a hacer llamamientos para que todo se resuelva cuanto antes.
Otro dirigente que tendrá cosas que decir en el comité federal será el extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que desde un principio desconfió de las intenciones de Zapatero de convocar unas elecciones primarias para elegir a su sucesor.