Las cenizas del volcán no afectan de momento al espacio aéreo español

Efe

ESPAÑA

Ascienden a 500 los vuelos cancelados en toda Europa. Fomento asegura que la situación es mucho menos grave que la del año pasado.

24 may 2011 . Actualizado a las 23:37 h.

El espacio aéreo de España no está sufriendo de lleno, por el momento, los efectos de la nube de ceniza procedente del volcán islandés Grimsvötn, como en el Reino Unido e Irlanda, a pesar de que ya se han producido las primeras cancelaciones de vuelos en los aeropuertos españoles.

Hasta primeras horas de esta tarde se habían suspendido un total de quince vuelos, seis de llegada y nueve de salida, en los aeropuertos españoles por culpa de la nube volcánica, informó Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA). No obstante, el secretario de Estado de Transportes, Isaías Táboas, señaló en rueda de prensa que la situación es mucho más leve que la causada en abril del 2010 por el volcán Eyjafjalla, también en Islandia, que durante varios días colapsó el espacio aéreo europeo.

El gestor aeroportuario español indicó que está previsto que se produzcan 769 vuelos desde España con los aeropuertos británicos e irlandeses afectados por la nube de ceniza, de los que ya se había operado hasta primeras horas de la tarde 299. Los aeropuertos españoles afectados por las cancelaciones son Palma de Mallorca, en un vuelo de salida; Alicante, con una salida y una llegada, al igual que Málaga, Tenerife Sur, Girona, Fuerteventura y Gran Canaria.

Los aeropuertos de Madrid y Reus (Tarragona) han tenido una cancelación de una operación de salida. La situación en España es de «tranquilidad», según Táboas, quien explicó que hay un comité de seguimiento en el Ministerio de Fomento que está en permanente contacto con los servicios de la Organización Europea para la Seguridad de la Navegación Aérea (Eurocontrol) en Bruselas y con las compañías aéreas para conocer la evolución de la nube volcánica.

Según el secretario de Estado, las condiciones en que se ha producido la nube de cenizas del Grimsvötn, que entró en erupción el pasado sábado, no son las mismas que las del Eyjafjalla, ya que las cenizas del primero se encuentran a entre 3 y 6 kilómetros de altura por su mayor densidad, mientras que las del segundo estuvieron a 12 kilómetros.

Distintos aeropuertos europeos han tenido que cancelar un total de 500 vuelos al haber llegado las cenizas al espacio aéreo de Irlanda del Norte y Escocia, y aunque desde la Oficina Meteorológica de Islandia se ha informado de que la actividad del Grimsvötn va en descenso la nube avanza hacia el este de Europa.

La altura de la columna de humo se ha reducido desde los 20.000 metros iniciales a entre 3.000 y 5.000 metros, y por ello Eurocontrol ha señalado que las previsiones de los próximos días apuntan a que «el impacto real en los vuelos sea relativamente reducido». El sistema de seguridad previsto para el caso de que la nube volcánica siga avanzando por los diferentes espacios aéreos del continente contempla tres supuestos.

El primero, denominado rojo, cuenta con una suspensión de partículas superior a los 4 miligramos por metro cúbico, donde no se puede volar; el segundo, el gris» entre 2 y 4 miligramos, donde se puede volar pero con permiso de seguridad aérea y cumpliendo unos requisitos que van en función del avión y de la ruta.

Y como tercero, el azul, por debajo de los 2 miligramos, donde no hay ningún peligro, y las compañías pueden volar reforzando sus operaciones de mantenimiento. Pese a que en algunos países de la UE el sector aéreo ha mostrado preocupación y se ha producido una cierta alarma por lo ocurrido en abril del 2010, las autoridades comunitarias han emitido mensajes de tranquilidad.

Por su parte, el comisario europeo de Transporte, Siim Kallas, ha dicho que no prevé de momento que la nube volcánica provoque un cierre extendido del espacio aéreo del continente ni que las consecuencias sean similares al caos aéreo que se generó el año pasado. Lo mismo ha hecho Táboas al subrayar que la experiencia del año pasado «ha servido para que ahora estemos mucho mejor preparados y sepamos qué es lo que hay que hacer en una situación como la actual».

La UE activó una célula de coordinación de crisis para responder con rapidez y de manera ordenada al posible impacto de la nube volcánica, manteniendo contacto con las autoridades de todos los países miembros.