Jódar considera que el daño del terremoto es peor al llegar en plena crisis
22 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.El alcalde de Lorca, Francisco Jódar (Partido Popular), ha llevado la batuta en la gestión de la situación extraordinaria por la que atraviesa la localidad, después de que el pasado 11 de mayo dos terremotos destruyeran parte de la ciudad y dejaran miles de damnificados. Jódar afirma que gracias a la solidaridad llegará la recuperación.
-Diez días después del seísmo, ¿cuál es su balance?
-Los primeros momentos fueron de terror, de incredulidad, tremendamente difíciles, porque había que atender a muchas personas y todo era muy difícil de coordinar. Ahora estamos tratando de normalizar la vida ciudadana, es el momento de evaluar los daños y tramitar las ayudas. Que esto sucediera en plena crisis económica provoca que haya mucha gente pasándolo mal. Llueve sobre mojado.
-¿Por qué se derrumbaron las construcciones más recientes?
-No es así. El barrio más perjudicado fue el de La Viña, que tiene construcciones de 50 años. El terremoto tuvo características especiales, fue muy superficial y el efecto destructivo fue muy localizado porque estábamos encima del epicentro, lo que provocó el desastre.
-¿Se cumplió la normativa de construcción sismorresistente?
-Sí, se ha cumplido. Hay varios controles, el mismo colegio de arquitectos supervisa que la normativa esté contemplada en los proyectos. Y se revisa a la hora de conceder la licencia de obras, y a la de dar las cédulas de habitabilidad se vigila que se ha cumplido lo que está en el proyecto. Pero puede ser que se haya escapado en algún caso concreto.
-¿Cuántas personas están en el campamento único?
-El número se ha reducido hasta entre 1.000 y 1.200. Lo que no era normal era que en los primeros días el número de personas aumentara en vez de disminuir, y fue por el efecto llamada, que atrajo a personas necesitadas, pero que nada tenían que ver con el terremoto.
-Hubo algunas quejas porque instalaron el campamento a 8 kilómetros del casco urbano. ¿Por qué tan lejos?
-Porque es una zona con servicios. Al ser una instalación deportiva, aprovechamos los vestuarios, los aseos, las duchas.
-El delegado del Gobierno dijo que el campamento tendría que desaparecer en un plazo de 10 días. ¿Cree que va a ser así?
-Esta es una instalación de urgencia, pero su funcionamiento tiene que ser limitado en el tiempo para que la situación no se enquiste. Todo es atendido por voluntarios, que también tienen que volver a sus casas, y eso no se puede eternizar. Pero es difícil fijar plazos en unas circunstancias tan difíciles.
-¿Qué va a pasar con quienes no tienen adonde ir, en su mayoría inmigrantes?
-Hemos sabido de gente que, aunque puede volver a su casa, prefiere estar en el campamento. A los demás, tenemos que buscarles viviendas en alquiler, para lo que se han aprobado unas ayudas. Pero está costando trabajo, porque el parque de viviendas en alquiler también está dañado.
-Según el concejal de Urbanismo, el precio de los alquileres se ha duplicado. ¿Qué piensa hacer para evitar la especulación?
-Es lamentable que haya especulación en una situación tan dramática como esta. A mí me indigna saber que haya pisos en alquiler que han estado ofertados por 300 euros durante un año o dos, y que no han sido arrendados, y ahora, como saben que ha crecido exponencialmente la demanda, producto de una tragedia, suben los precios a 800 euros. Ya he pedido los nombres de esas personas y me voy a poner en contacto con ellas. Y si jurídicamente cabe la posibilidad de hacer algo, iremos contra ellas. Iremos a por los especuladores de los alquileres, por quienes intentan sacar tajada de una situación como esta.
francisco jódar alcalde de lorca
1.200
Acampados
En el campamento único la mayoría son inmigrantes
8.352
Pisos inhabitables
Con código amarillo o rojo, es decir, nadie puede entrar
650
Daños, en millones
La cifra podría aumentar en próximas evaluaciones
«Sabemos de gente que aunque puede volver a su casa prefiere permanecer en el campamento»
«Las ayudas cubren solo una parte de los daños, el resto lo sufre el damnificado»