Basagoiti advierte a los críticos de su partido que jamás romperá el pacto con el PSOE vasco

Alfonso torices MADRID / COLPISA

ESPAÑA

10 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Antonio Basagoiti no va a ceder a las presiones de los dirigentes más duros de su partido, que le reclaman desde hace días que deje caer al Gobierno vasco de Patxi López como represalia por la sentencia que permite a Bildu estar en las elecciones, de la que culpan a José Luis Rodríguez Zapatero y al PSOE. El líder de los populares vascos, pese a que está de acuerdo en que el Tribunal Constitucional adoptó el fallo tras recibir presiones políticas, aprovechó ayer un acto público en Madrid para zanjar el asunto con un mensaje contundente: «Jamás» romperá el pacto de gobierno con los socialistas vascos. En su opinión, de actuar al contrario, dilapidaría todo el trabajo realizado durante dos años por el primer Ejecutivo no nacionalista del País Vasco y los únicos beneficiados por ello serían el PNV y ETA. «No les voy a dar ese gusto», aseguró.

Coincidencias

Basagoiti admitió, durante su comparecencia en Nueva Economía Fórum, que esta postura de fidelidad al pacto no es fácil para él, porque no le gusta nada una sentencia en la que seis magistrados designados «con criterios políticos» (a propuesta del PSOE) han dado «crédito» a los argumentos de los sucesores de Batasuna y les han permitido regresar a las instituciones sin exigirles «ninguna garantía» de una ruptura total con la banda terrorista. Cree, de hecho, que es «un jarro de agua fría» dentro de la estrategia para frenar a ETA y a su brazo político, que devuelve «a los tiempos oscuros». También está de acuerdo con los críticos de su partido en que muy posiblemente Zapatero y el presidente del PNV, Íñigo Urkullu, han actuado como «conseguidores» en favor de los intereses de la coalición.

Pero dicho todo esto, destacó que no está dispuesto a «tirar por la borda» el cambio logrado en el País Vasco, del que puso como ejemplos la gran implicación de la Ertzaintza en la lucha contra ETA, la presencia de víctimas del terrorismo para contar su testimonio en los colegios, la desaparición de todos los muros de la vergüenza con fotos de etarras en los pueblos, o la mayor defensa del castellano en el sistema educativo, entre otros.