El fuego primaveral y la omnipresente crisis liquidan las Fallas de 2011

EFE

ESPAÑA

Desde esta medianoche, Valencia es un trasunto de la Roma neroniana y las llamas prenden por toda la ciudad.

20 mar 2011 . Actualizado a las 03:58 h.

A la luna de Valencia, que hoy brilla más que nunca, el fuego purificador que anuncia la primavera ha consumido esta noche el arte efímero y sarcástico de las Fallas, unas fiestas multitudinarias y este año aún más turísticas donde la omnipresente crisis ha obligado a contener más los gastos.

Desde esta medianoche, Valencia es un trasunto de la Roma neroniana y las llamas prenden por toda la ciudad, ante la mirada de miles de valencianos y de turistas, los cerca de 760 monumentos grandes e infantiles «plantados» desde el martes para satirizar noticias, recuerdos y personajes políticos y del «famoseo» televisivo a los ojos, cinceles y ordenadores de los artistas.

A la una de la madrugada y ante las lágrimas capitulares de la Fallera Mayor, Laura Caballero, la falla municipal, dedicada al deporte por obra de Pere Baenas, se ha transformado en una monumental pira de veinticuatro metros de altura que han contemplado el president de la Generalitat, Francisco Camps -aquejado de una hernia discal-, y la alcaldesa, Rita Barberá, ante numerosos invitados de la política, la cultura, el deporte o la economía.

Tras una semana grande de fiesta, donde la infancia ha vuelto a ser la protagonista de una ciudad tomada por la música de las bandas -a las que este año se ha criticado su escaso y recurrente repertorio popular-, el ruido de los petardos, el olor a buñuelos y el dulzor mediterráneo, Valencia ha llegado fiel y con ganas a su cita con la cremà.

Como bienvenida a la ansiada primavera, el fuego se convierte así en el colofón pasional a un año de preparativos, a diecinueve días de mascletás y a cinco jornadas intensas de celebraciones, paganas o religiosas -nuevo récord en la Ofrenda floral a la Virgen: 103.359 participantes- pero todas ellas para casi todos los públicos.

Tras una multitudinaria Nit del Foc que se convirtió anoche en un homenaje solidario pirotécnico al blanco de la bandera japonesa, la Nit de la Cremà ha arrancado con la tradicional quema de los monumentos infantiles a las 22.00 horas para, después, reducir a cenizas «La boda de mis padres... en fotos», la falla de Julio Monterrubio para la comisión de Nou Campanar que este año se ha alzado con el primer premio del jurado.

Quienes se han salvado de las llamas son los grupos de Pedro Rodríguez Marín (en categoría infantil) para Reino de Valencia-Duque de Calabria como homenaje al cooperante Vicente Ferrer, y de Manuel Algarra para Almirante Cadarso-Conde de Altea para honrar la figura del abuelo artesano.