El juez Fernando Grande-Marlaska ordenó el ingreso en prisión incondicional y sin fianza de Daniel Pastor -líder del comando Otazua, desarticulado el pasado martes en Vizcaya-, quien se negó a declarar ante el instructor, que había ordenado la inmediata puesta a disposición judicial de Pastor, tras protagonizar este dos episodios de autolesiones durante su interrogatorio en la sede de la Dirección General de la Guardia Civil, en Madrid. El jueves tuvo que ser trasladado al hospital tras herirse los nudillos al golpear una mesa. Y tuvo que volver para curar las lesiones que se hizo en la cabeza al lanzarse, en presencia del forense, ante varios agentes, que también resultaron lesionados. Según fuentes judiciales, Pastor reconoció haberse autolesionado por el «miedo» de lo que pudiera ocurrirle a su novia, también detenida.