No es nada extraño, pero tampoco es nada habitual. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el presidente del Congreso, José Bono, se reunieron ayer en la Cámara Baja durante casi dos horas mientras en el hemiciclo se desarrollaba la sesión de control al Ejecutivo. La presencia del presidente en los pasillos, acompañado de Bono camino de su despacho despertó un gran revuelo entre la prensa, que trataba de averiguar a qué se debía esa cita. Durante casi dos horas, ambos conversaron a solas en las dependencias de Bono y, a la salida, tampoco aclararon demasiado sobre el contenido de la conversación.
Ante la insistencia de los medios, el presidente del Gobierno se limitó a señalar que habían hablado sobre el «calendario legislativo» previsto por el Gobierno. Bono se mostró todavía más hermético y misterioso y solo señaló que habían conversado «de lo que ustedes se imaginan».
Aunque se especuló con que hubieran tratado la reforma de los privilegios de los parlamentarios, fuentes se la presidencia del Gobierno restaron mayor trascendencia a la cita y la enmarcaron en el deseo de Zapatero de acomodar el calendario legislativo para tener tiempo de aprobar la reforma de las políticas activas de empleo, la de las cajas de ahorros y la de la negociación de los convenios colectivos antes de las elecciones de mayo.