Guerra cuestiona las peticiones «infinitas» de las autonomías

Gonzalo Bareño Canosa
gonzalo bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

La propuesta de Ibarra de suprimir las diputaciones divide al PSOE

03 feb 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La crisis económica y la ausencia de una doctrina oficial en el PSOE y en el PP avivan el debate en torno a la reforma del modelo de Estado con propuestas que van desde la supresión de las autonomías o el recorte de sus competencias a la desaparición de las diputaciones provinciales. Ayer fue el ex vicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra quien abogó por limitar las continuas reivindicaciones de autogobierno de las comunidades. «Estamos en un momento excelente para que todas las fuerzas políticas dijeran: a partir de aquí lo que tenemos que hacer es cooperación y colaboración entre el Estado y las comunidades», señaló el hoy diputado del PSOE, que consideró que ese pronunciamiento serviría para acabar con las «peticiones infinitas» de las autonomías.

Guerra se refirió al debate sobre la inviabilidad del Estado autonómico planteado por José María Aznar y dijo que él mismo no fue capaz de prever que la creación de las comunidades iba a generar unas «élites políticas» que «solo se afirman negando al Estado», algo que consideró ridículo. «Si lo hubiese previsto hubiésemos sido más moderados», concluyó.

El ex vicepresidente explicó que a él no le pareció una buena idea la reforma de los Estatutos de autonomía que se abordó en la pasada legislatura y afirmó que la que envió el Parlamento de Cataluña estaba «totalmente fuera de lo que establecía la Constitución». A su juicio, el Congreso debería haber rechazado de plano tramitar esa propuesta, como había hecho antes con el plan Ibarretxe de reforma del Estatuto vasco.

Batalla contra el Estatut

Guerra explicó que en el trámite parlamentario del texto catalán, siendo él presidente de la Comisión Constitucional, hizo «bastante fuerza» para rebajar muchos artículos. Mostró por ello su «gran satisfacción personal» por la «batalla» que él y algunos otros políticos dieron para modificar el Estatuto catalán, aunque confesó que hubiera sido partidario de rebajar 10 o 11 artículos más de los 118 que finalmente fueron revisados.

Pese a mostrarse favorable a reforzar el papel del Estado frente al poder autonómico, Guerra no coincidió con Felipe González en la necesidad de suprimir las diputaciones provinciales. Al contrario, dijo ser partidario de que se mantengan. Estas declaraciones llegan poco después de que otro destacado ex dirigente del PSOE, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, abogara en un artículo en la revista Temas, a cuyo consejo editorial pertenece el propio Alfonso Guerra, por suprimir las diputaciones porque, a su juicio, «no tienen sentido en el dibujo territorial español».

La falta de una posición oficial en el PSOE y en el PP en torno a la reforma del modelo de Estado está generado cierta confusión interna. Ayer, el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, eludió secundar la propuesta de su antecesor respecto a las diputaciones. «En algunas cosas podré estar de acuerdo, y en otras no, pero no me voy a pronunciar nunca sobre lo que él diga porque creo que el derecho a opinar y decir lo que piensa lo ha ganado con creces», dijo respecto a Ibarra.

Debate en Galicia

Quien sí se pronunció fue el presidente de la Diputación de Lugo, el socialista José Ramón Gómez Besteiro, que consideró estéril el debate sobre la utilidad de las diputaciones y añadió que lejos de suprimirlas «hay que potenciar» aquellas actuaciones que son «tremendamente positivas».

Pero el debate también está en el PP. Tras las declaraciones del presidente de la Xunta sobre la necesidad de «repensar» el papel de las diputaciones, el presidente de la Diputación de Pontevedra, Rafael Louzán, abogó por retocar todo el sector público y no solo las diputaciones. «Hay que reformar toda a Administración pública para aforrar costes», señaló. A Deputación de Pontevedra xa o está facendo, porque agora todos estamos en cuestión: concellos, deputacións, autonomías», advirtió.