Dos testigo declaran haber visto empujaren una silla de ruedas con el cuerpo de Marta del Castillo

EFE

ESPAÑA

Uno de los testigos es vecino del asesino confeso, Miguel Carcaño, y su declaración es considerada clave por los padres de la víctima.

03 feb 2011 . Actualizado a las 16:54 h.

Un testigo en el juicio contra el menor apodado El Cuco, acusado de la muerte y desaparición de Marta del Castillo, ha dicho hoy que vio al asesino confeso de la jóven, Miguel Carcaño, empujando la silla de ruedas con la que supuestamente trasladó el cadáver. Otro hombre también declaró que vio a dos jóvenes con dicha silla transportando un bulto.

En la séptima jornada del juicio, el juez ha escuchado además a una chica que estuvo de botellón con el procesado entre las 20.30 y las 21.00 horas del 24 de enero del 2009, la misma hora en la que según la acusación estaba participando en la violación y muerte de Marta.

El primer testigo, un vecino de la calle León XIII de Sevilla, ha dicho al juez que a la 1.30 de la madrugada del día 25 vio a Miguel en el portal empujando una silla de ruedas, vestido de oscuro pese a que de día lo había visto con ropa clara, y que cuando se percató de su presencia intentó disimular.

En cuanto al segundo testigo, dueño de un bar que salió a tirar la basura a las 2 de la madrugada, ha dicho que vio a dos hombres encapuchados, uno de ellos quince centímetros más alto, que era quien empujaba la silla, con un bulto transversal sobre los reposabrazos y minutos después sin carga y con dirección a la calle León XIII.

Este testigo, del que los abogados personados en el caso han destacado su «contundencia», ha afirmado al juez que esas dos personas se dirigían hacia unos contenedores que había frente a una farmacia, lo que ha introducido de nuevo la teoría de que el cuerpo de Marta pudo se arrojado a la basura y no al río Guadalquivir.

Preguntados por los periodistas sobre esta nueva hipótesis, tanto la Fiscalía como la acusación particular han remitido su valoración al momento de los informes finales. No obstante, la letrada de los padres de Marta, Inmaculada Torres, ha dicho que «si tenemos idea de dónde puede estar el cuerpo, pediremos que se busque», y ha destacado que todo el comportamiento de los acusados esa noche fue «extraño» y que «por algún motivo no quieren que aparezca el cuerpo».

Por su parte, el abogado de El Cuco, Fernando de Pablo, ha manifestado a los periodistas que ningún testigo ha identificado a su cliente como una de las personas que trasladaba la silla de ruedas «ni ha demostrado que estuviese allí». Además, la testigo R.G.D. ha dicho al juez que El Cuco estuvo con ella en un botellón juvenil del Polígono San Pablo de Sevilla entre las 20.30 y las 21.00 horas, franja en la que, según las acusaciones, se produjo la violación y asesinato de Marta.

Por otra parte, la testigo A.M.G., que estaba en la barriada de Montequinto con Samuel Benítez, acusado en el juicio a los mayores de edad de colaborar en la desaparición del cadáver, ha dicho que este joven les dejó diciendo que a las 2.30 había quedado con El Cuco en el Prado de San Sebastián de Sevilla. También la novia de Samuel, E.R.M., ha señalado que le acompañó a tomar el autobús de las 2 de la madrugada.

El padre de Marta, Antonio del Castillo, ha expresado a los periodistas a la salida de la vista que le resulta extraño que El Cuco y Samuel quedasen a las 2.30 horas, pese a que «no tenían nada que hacer hasta las 7 de la mañana», cuando el segundo de ellos entraba a trabajar. Ha manifestado lo «sospechoso» de la hora en la que el vecino de León XIII y su novia vieron a Miguel con la silla de ruedas, por lo que pensaron que la iba a tirar dado que había pertenecido a su madre fallecida.

Los padres de la víctima también han afirmado que la declaración del vecino que dijo haber visto a Carcaño empujando la silla de ruedas es «clave» para la causa. Para Antonio del Castillo, lo más relevante de la vista oral se producirá al final, con las pruebas que aporte la policía científica sobre los restos de ADN del Cuco y Miguel Carcaño hallados en el piso sevillano en el que supuestamente murió la joven. Tras seis jornadas de juicio, el padre considera que hay suficientes datos y pruebas para imputar a todos los acusados en esta causa.