El Supremo ordena que se investigue al ex fiscal Villarejo por sus ataques al tribunal

M.?S.?P. MADRID/COLPISA.

ESPAÑA

Baltasar Garzón pedirá la recusación de los cinco magistrados que rechazaron los testigos que propuso

17 dic 2010 . Actualizado a las 02:15 h.

La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ordenó a la Audiencia Nacional que investigue si los excesos verbales del ex fiscal jefe Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo en un acto de desagravio al juez Baltasar Garzón por su procesamiento por prevaricación en la causa del franquismo son constitutivos de los delitos de calumnias o injurias al propio alto tribunal. Se da la circunstancia que el Supremo estableció que esos ataques sean investigados por el Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, del que era titular Garzón hasta que fue suspendido el 14 de mayo.

Las declaraciones tuvieron lugar el pasado 13 de abril en la Universidad Complutense, donde unas 2.000 personas, convocadas por UGT y CC.?OO., homenajearon a Garzón, ya por entonces procesado por prevaricar al investigar los crímenes del franquismo a sabiendas de que no era competente. Villarejo aseveró que el procesamiento era una «falta de respeto a las víctimas del franquismo y un instrumento para favorecer la actual expresión del fascismo español». Aplaudido a rabiar, subió el tono y acusó a los magistrados que juzgarán a Garzón de haber formado parte del Tribunal de Orden Público de la dictadura, un órgano que fue «cómplice de torturas» hasta el último día de su existencia.

Luciano Varela

Villarejo personalizó su andanada en la figura del juez Luciano Varela, el instructor que acababa de proponer sentar en el banquillo a Garzón, y se preguntó «cómo se puede hablar de sensibilidad con los horrendos crímenes franquistas» -como citó Varela en una de sus resoluciones- cuando se ha dejado la acusación «en manos de Falange y los corruptos», en referencia a la formación fascista y a Manos Limpias. Aquellas expresiones fueron denunciadas por un particular, al que se unió Manos Limpias. La justicia ordinaria se inhibió en favor de la Audiencia Nacional y el caso cayó en manos del sustituto de Garzón, Pablo Ruz, que rechazó la competencia. Ahora, deberá investigar las palabras de Villarejo.

Por su parte, Garzón anunció ayer su intención de solicitar la recusación de cinco de los magistrados del Supremo que rechazaron los principales testigos que propuso en su defensa en el proceso del franquismo. «Presentaremos la recusación de los magistrados porque habiendo participado en la instrucción de la causa no pueden a su vez formar sala para juzgar, porque el prejuicio está establecido claramente», argumentó el juez.