Doble rasero de Rajoy con los «bonos patrióticos»

Enrique Clemente Navarro
E. Clemente MADRID/LA VOZ.

ESPAÑA

El líder popular critica a Montilla y apoya a Camps

03 dic 2010 . Actualizado a las 03:30 h.

Si lo hace José Montilla, está mal. En cambio, si el que toma la misma decisión es Francisco Camps, está bien. Mariano Rajoy criticó duramente en la pasada campaña electoral los llamados bonos patrióticos emitidos por el tripartito catalán, pero alaba ahora los del Gobierno valenciano, cuyas condiciones son idénticas.

A pesar de las evidencias. El líder del PP asegura que «nunca» se opuso a la operación, «porque si lo hacen es porque lo necesitan», debido a la grave situación financiera por la que atraviesan las comunidades autónomas, por culpa de la política económica del Gobierno de Zapatero.

Sin embargo, Rajoy arremetió varias veces contra los bonos patrióticos. Llegó a decir que hipotecaban el futuro de Cataluña por su alta rentabilidad, que «pagarán los ciudadanos con sus impuestos», debido a la mala gestión del Gobierno a tres. Además, responsabilizó a Zapatero y Montilla de «dilapidar el dinero de los contribuyentes y la confianza en nuestro país».

Un pastón

«¿Y por qué se sacan los bonos? Porque nadie te presta y le pides prestado a la gente, pagando un pastón que al final pagará la gente», aseguró. «Los bonos los pagáis vosotros», dijo en un mitin. «Solo los compran los ricos y los pagan los pobres», remachó Alicia Sánchez-Camacho. Esta señaló que «los bonos patrióticos no deben servir para tapar los agujeros y deudas del Gobierno de Montilla». La candidata popular se comprometió a destinar el 10% de los que se recaude, unos 300 millones de euros, a los más de 600.000 pensionistas catalanes, lo que hubiera supuesto 240 anuales de complemento.

Incluso la Generalitat valenciana fue muy crítica en su momento con la emisión de 3.000 millones de euros a particulares de Cataluña. Ahora se ha visto obligada a poner en el mercado deuda por un volumen de 1.000 millones, ampliables a 1.500, en bonos a 12 meses con una rentabilidad del 4,75% y una comisión del 3% para los bancos y cajas intermediarios.

En un ejercicio de doble rasero, Rajoy señalaba el miércoles que «la situación es tan grave que hay algunas comunidades autónomas que no pueden financiarse en los bonos o mercados y deben emitir bonos al 7,75%». Es decir, que ya no se trataba de hipotecar el futuro de la Comunidad Valenciana ni de que los ciudadanos tuvieran que pagar los errores de gestión de Camps, sino una necesidad imperiosa de la que tiene la culpa Zapatero.

No importa que el propio presidente valenciano haya reconocido que la emisión servirá para pagar a los proveedores, es decir, para tapar los agujeros a los que se refería Sánchez-Camacho en Cataluña.