Se me antoja imposible que alguien pueda estar en contra de que el Gobierno busque todo tipo de medidas encaminadas a acabar con la lacra de la violencia machista. Pero eso no significa estar de acuerdo con la propuesta de la ministra Leire Pajín de reformar el Código Civil para prohibir expresamente la atribución de la custodia de los hijos al padre incurso en un proceso de violencia doméstica. Pues dijo incurso, y no condenado, lo que obviamente es muy distinto. ¿Y si luego resulta que su señoría absuelve al acusado por falta de pruebas o por tratarse de una denuncia falsa? ¿Cómo se resarce el daño cometido al progenitor prejuzgado?
Además, la ministra buscadora de votos debiera saber, y sino contar con expertos que la asesoraran, que en nuestro Derecho Positivo ya se recoge la posibilidad de que los jueces puedan inhabilitar para el ejercicio del derecho de custodia de los hijos al imputado por maltrato, sin necesidad de reformas tan propagandísticas. ¿No será qué aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, y que anteayer, cuando soltó la boutade, era el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, doña Leire pensó en arañar unos cuantos votos, de los cuales está tan necesitado su partido? Va a ser eso.