Los candidatos hacen piña por un día y evocan la universalidad de los «castells»

Carles Escolà y Leandre Ibar

ESPAÑA

Los seis aspirantes a presidir la Generalitat aprovechan la jornada de reflexión para descansar con la familia, comer con algún amigo o evadirse del fragor de la batalla electoral viendo una película.

27 nov 2010 . Actualizado a las 21:28 h.

Los candidatos a presidir la Generalitat de Cataluña han hecho piña por un día al dejarse fotografiar todos juntos para la Agencia Efe, empujando como uno más en la formación de un castell (torre humana), lo que ha servido para evocar la universalidad de esta bicentenaria tradición catalana.

La cita ha sido a mediodía de hoy, jornada de reflexión de las novenas elecciones catalanas que se celebran mañana, en La Nau, una antigua nave industrial que acoge a la colla (agrupación) «Castellers d'Esplugues», conocida como «Els Cargolins», la más puntera en los últimos años de la comarca del Baix Llobregat y cuyo presidente, Josep Maria Tarrés, ya coloca entre las 20 mejores de Cataluña.

En un día que se ha levantado claro pero con un frío que avisa del invierno, los primeros en acudir a la cita han sido el presidente catalán y candidato del PSC a la reelección, José Montilla, y los carteles electorales de ERC, Joan Puigcercós, y de ICV-EUiA, Joan Herrera.

Después ha sido el turno del candidato de CiU, Artur Mas, seguido del líder de Ciutadans, Albert Rivera. Alícia Sánchez-Camacho (PPC), la única mujer candidata, ha sido la última en llegar a la cita, eso sí, todos con una gran puntualidad.

Tras las indicaciones pertinentes del jefe de fotografía de la Agencia Efe en Cataluña, Alberto Estévez, los candidatos se han mezclado entre los castellers simbolizando así la unidad entre ciudadanos y políticos ante la nueva etapa que se abrirá en Cataluña a partir del 29 de noviembre.

En pocos segundos, los 'castellers' se han juntado ordenadamente para formar la 'pinya', la base de un castillo humano, que para esta fotografía ha sido casi simbólico, pues se ha elevado solamente un piso por encima del suelo.

«Segons, dalt!» ('segundos, ¡arriba!'), ha gritado Adalbert Palau Arís, el cap de colla (líder del grupo) de los Castellers d'Esplugues, en el momento en el que tres fortachones 'castellers', dispuestos a aguantar una torre sobre sus espaldas, han caminado por encima de la 'pinya' y de los brazos de los candidatos hasta llegar al centro de la formación humana.

En ese momento se ha podido apreciar el contraste de las camisas claras de los candidatos -Puigcercós incluso se ha arremangado- con el azul intenso de las camisolas de los castellers, una tradición catalana que acostumbra a reunir a familias, desde abuelos a nietos, y que recientemente ha recibido el reconocimiento por parte de la Unesco de patrimonio inmaterial de la humanidad.

Ya colocados, todos los miembros de la torre han bajado sus cabezas mirando al suelo -tal y como mandan los cánones de esta actividad para evitar lesiones-, salvo los candidatos, a los que se les ha permitido la licencia de alzar la mirada hacia arriba para que se les viese el rostro en la fotografía.

Los Castellers d'Esplugues son una agrupación joven, fundada en 1994, pero que lleva unos años de crecimiento que los ha llevado a completar con solvencia prácticamente toda la gama de castillos humanos de siete pisos, lo que los convierte en una colla mediana con unas perspectivas de futuro muy esperanzadoras.

A los miembros de esta colla les gusta llamarse a sí mismos Cargolins (Caracoles pequeños), un apodo dedicado por sus vecinos de Sant Just Desvern porque, en los días de lluvia, el puente de Esplugues se llenaba en el pasado de cientos de caracoles.

Tras varias fotos, el 'castell' se ha desmontado con rapidez, momento en el que el cap de colla ha gritado, en broma y entre la carcajada general, que había que alzar un 'tres per sota', es decir, un castillo levantado a pulso, del que ha sugerido que fuesen los candidatos los que lo aguantasen a sus espaldas.

A partir de ese momento, los seis políticos, ya más relajados, se han mezclado con los castellers para saludarlos y hacerse fotos con ellos durante unos minutos, antes de abandonar el pabellón deseándose mutuamente suerte para mañana.

Entre los acompañantes de los candidatos estaba la secretaria del Govern y número cuatro del PSC, Laia Bonet, quien conoce a la perfección los 'castells' al ser natural de Valls (Tarragona), la ciudad donde nació esta tradición hace más de 200 años y donde residen dos de las principales agrupaciones.