El Gobierno comunica a Venezuela su malestar por el ataque a tres ministros

Julio Á. Fariñas REDACCIÓN/LA VOZ.

ESPAÑA

Caracas acusó de cobardía política a Rubalcaba, Jiménez y Caamaño por sus palabras sobre el caso Cubillas

06 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Tras semanas e incluso meses de pasteleo diplomático por las reacciones políticas y mediáticas a las actuaciones judiciales relacionadas con la presencia y las supuestas actividades de miembros de la organización terrorista ETA en territorio venezolano, la tensión dialéctica entre los Gobiernos de Madrid y Caracas ha alcanzado uno de los peores momentos en las relaciones entre ambos países.

A última hora de la tarde del pasado jueves -madrugada de ayer hora española- la Embajada venezolana en Madrid distribuía un comunicado del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores en el que salía al paso de las últimas declaraciones del vicepresidente Rubalcaba; de la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, y del ministro de Justicia, Francisco Caamaño, en las que supuestamente se asociaba «al pueblo y al Gobierno de Venezuela con la banda terrorista ETA».

El Ejecutivo bolivariano, a través de su cancillería, considera «una demostración de cobardía política que la clase política española pretenda justificar su fracaso en la lucha contra este flagelo, intentando endosárselo al Gobierno y al pueblo de Venezuela, país históricamente extraño a este violento fenómeno, cuya única raíz y razón de ser se encuentra en España».

Escalada dialéctica

Esta escalada dialéctica parece estar en la solicitud de extradición que hizo la semana pasada el Gobierno español al venezolano del presunto miembro de ETA Arturo Cubillas, residente en Venezuela, «en base a distintos delitos que tienen que ver con el terrorismo», según informó entonces Rubalcaba.

Trinidad Jiménez, según explicó Rubalcaba en su rueda de prensa, salió del Consejo de Ministros para trasladarle al embajador de Venezuela en Madrid el «profundo malestar» del Ejecutivo ante unas acusaciones que considera inaceptables e injustificables.

El vicepresidente y ministro del Interior añadió: «Queremos que la colaboración con Venezuela en materia de lucha contra el terrorismo mejore y seguiremos trabajando en esa línea, pero cuando haya posiciones que nos parecen inaceptables e injustificables, como es el caso, se lo diremos».

El origen de la discordia es

Arturo Cubillas, un vasco con nacionalidad venezolana al que la Justicia española le imputa ser responsable de brindar entrenamiento a integrantes de ETA en el país sudamericano.

Esperando una respuesta

Trinidad Jiménez dijo que el Gobierno español está «a la espera de la respuesta de Venezuela», asegurando que mientras esta no tuviese lugar, su actitud sería «la de confiar en la respuesta que pueda haber».

El pasado miércoles, Cubillas declaró en calidad de testigo ante un fiscal de Caracas, que a instancias del presunto militante de ETA investiga las acusaciones formuladas por la Justicia española. En Venezuela no se ha confirmado la recepción de la petición de extradición. Por ley, Venezuela no extradita a sus ciudadanos.