Camacho dejó un último mensaje: «Si uno se cae, se levanta y sigue adelante»

Ander Carazo MADRID/COLPISA.

ESPAÑA

El fundador de CC.?OO. recibió una multitudinaria despedida de simpatizantes procedentes de toda España

31 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

«Si uno se cae, se levanta inmediatamente y sigue adelante». Estas fueron las últimas palabras que Marcelino Camacho musitó antes de fallecer. Con este mensaje final del fundador de CC.?OO., la viuda, Josefina Samper, quiso agradecer el apoyo y cariño que le transmitió la marea de ciudadanos que inundó las calles más céntricas de Madrid. La fuerte lluvia que caía sobre la capital se tomó una tregua para que el cortejo fúnebre hiciese el recorrido desde el auditorio sindical Marcelino Camacho hasta la puerta de Alcalá, escenario de muchos de sus mítines del 1 de mayo y punto final de la marcha tras la matanza de los abogados laboralistas de Atocha, el episodio más amargo de la historia de CC.?OO.

Tras cuatro coches fúnebres llenos de coronas y ramos de flores, que no cesaron de llegar hasta minutos antes del acto, iba el ataúd y muy de cerca lo seguía un coche que trasladaba a «su compañera de vida». Josefina no dejaba de saludar, mandar besos y levantar los puños en señal de apoyo a las proclamas sindicales de la gente que acompañaba la comitiva.

Los tres secretarios generales que sucedieron a Camacho al frente de CC.?OO. -Antonio Gutiérrez, José María Fidalgo e Ignacio Fernández Toxo-, acompañados del actual secretario general de UGT, Cándido Méndez, y el nuevo ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, encabezaron a pie el cortejo. A lo largo del recorrido, y rompiendo el protocolo del oficio fúnebre, se oyeron numerosas recriminaciones a este grupo principal por sus acciones en el pasado o sus decisiones en el presente.

Los estandartes de CC.?OO. y del PCE hondearon al paso del cortejo. Las banderas republicanas se mezclaban con las autonómicas, llegadas de todos los puntos de la Península y portadas por gente que había emprendido su viaje en plena madrugada para dar el último adiós «al camarada Marcelino». Entre las pancartas con mensajes de apoyo al desaparecido sindicalista se podía contemplar alguna que otra con la efigie de Dolores Ibarruri, la Pasionaria, otra de las figuras más destacadas del comunismo en España.

El homenaje recordó a las múltiples manifestaciones en las que había participado Camacho en vida. «Viva la lucha de la clase obrera» o «Aquí se ve la fuerza del PCE» fueron algunas de las arengas más repetidas en el recorrido, de poco más de un kilómetro.

En el escenario, levantado frente a la puerta de Alcalá, la escritora Almudena Grandes destacó que el fundador de CC.?OO. fue «uno de los verdaderos padres de la democracia que hoy disfrutamos» y «una persona que puso por encima de todo la dignidad de la clase obrera». «Marcelino, tu ejemplo nos acompañará siempre; olvidarlo sería tan grave como no recordar nuestro propio nombre», subrayó la novelista, que, junto a Santiago Carrillo, fue una de las últimas en abandonar el auditorio.

Desde que se abrió la capilla, Fernández Toxo siempre permaneció al lado de la familia. Atendiendo la llegada de las autoridades y solucionando los imprevistos. Ayer todavía le quedaban fuerzas, a pesar de su cara de cansancio, para destacar el «legado insuperable» que ha dejado el difunto sindicalista, así como «sus enseñanzas, que se deben proyectar hacia el futuro». «Comisiones Obreras es su gran legado a la sociedad española democrática», señaló.

Tras los discursos solo hicieron falta unas notas musicales para que los puños se alzasen y todos los asistentes empezasen a cantar La Internacional. Una despedida para Marcelino Camacho antes de que la comitiva tomase camino del cementerio civil de Madrid, donde descansará junto a personalidades como los socialistas Julián Besteiro, Francisco Largo Caballero y Pablo Iglesias, o la misma Pasionaria.