Multitudinario adiós a Camacho, líder obrero y figura de la transición

A. Paniagua? / ?Ander Carazo MADRID/COLPISA.

ESPAÑA

El fundador de Comisiones Obreras murió a los 92 años, víctima de las complicaciones del alzhéimer que sufría

30 oct 2010 . Actualizado a las 02:19 h.

El ex dirigente de CC.?OO. Marcelino Camacho, fundador del sindicato que nació en la clandestinidad durante el franquismo y activo militante contra la dictadura, murió a los 92 años víctima de las complicaciones de la enfermedad de alzhéimer. Camacho, que estaba ingresado en el Hospital Puerta de Hierro, falleció a la 1.30 horas de la madrugada de ayer. La capilla ardiente del sindicalista quedó instalada en la sede de CC.?OO. y por ella desfilaron representantes del mundo de la política y de la economía. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el Príncipe de Asturias rindieron un homenaje a uno de los creadores del movimiento sindical español.

«Ha muerto Marcelino Camacho. El dirigente obrero y comunista, el representante más cualificado de los derechos de los trabajadores. Toda una vida dedicada a la causa de los más débiles, a la conquista de una sociedad más justa y solidaria», subrayó la organización sindical en un comunicado.

Marcelino Camacho, figura clave en la transición española, recibió un multitudinario adiós. Ante su féretro, instalado en el auditorio sindical bautizado con su mismo nombre, no dejaron de pasar ayer rostros de la más variopinta procedencia. A mediodía, el príncipe don Felipe acudió en representación de la Casa Real para dar el pésame a la viuda, Josefina Samper, y a sus dos hijos, Marcel y Paula. La «compañera de toda la vida» del veterano sindicalista se unió en un apretón de manos con el heredero de la Corona, mientras compasiva, pero con suma entereza, no apartaba la mirada del cuerpo de su marido y susurraba «pobre, pobre».

También Santiago Carrillo, quien en otros tiempos tuvo fuertes discrepancias políticas con el fallecido, se fundió en un abrazo con Josefina. A su juicio, se marcha «una de las figuras más notables de la lucha antifranquista» y «uno de los más enérgicos y entregados luchadores por la libertad».

Gesto de amor

Al mediodía, tras descansar una hora, Josefina volvió junto al ataúd de su marido. Abrazó el féretro, besó su frente y lo acarició para demostrarle que ya lo echaba de menos. El público que velaba su cadáver en el auditorio aplaudió al contemplar el gran gesto de amor.

Tras el Consejo de Ministros, diferentes miembros del Gobierno se personaron en la capilla ardiente. No faltó el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que volvió desde Bruselas por la tarde para presentar sus condolencias a la familia de Marcelino Camacho. A su llegada se oyeron gritos que pedían su dimisión, hasta que un miembro del sindicato se giró y rogó silencio: «Compañeros, hoy no es el día».