Indicios serios apuntan a que el PSOE no tira la toalla

Manuel Campo Vidal

ESPAÑA

17 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Aunque las encuestas anuncien doce puntos de ventaja del PP, el PSOE no tira la toalla. De momento, Zapatero logra una prórroga de año y medio para terminar la legislatura, cuando las elecciones anticipadas parecían inminentes si no le aprobaban los Presupuestos. Cierto que ha pagado un alto precio en moneda vasca pero también, como advierte el diputado Pastor , portavoz socialista en Vitoria, «con este acuerdo el PNV cierra la etapa soberanista de Ibarretxe y recupera la senda estatutaria». Veremos cuánto dura y cómo gestiona Patxi López la situación. El líder de la resistencia socialista, aprecian las bases, es José Blanco . Lo cuenta así: «La primera legislatura fue para ampliar y consolidar derechos sociales. La segunda para impulsar reformas. O las acometíamos o, a la vista de la situación internacional y del ocaso de nuestro modelo productivo, nos hundíamos. Garantizaremos así el futuro de las nuevas generaciones».

Optimismo

Al margen de que el caso Blanco y el de Zapatero merecerían atención en un congreso científico sobre optimismo congénito, es cierto que algún alivio por las reformas y el recorte de gastos se percibe, especialmente en la disminución del déficit. Y que algo mejora, aunque sea insuficiente frente a los demoledores datos de desempleo. «La suerte se llama Grecia porque al día siguiente del desplome griego, Obama , Sarkozy y la Merkel llamaron a Zapatero y le obligaron literalmente a hacer unas reformas que se contradecían con su propia política», sostiene Leopoldo Abadía , autor de La crisis ninja. Ingeniero aragonés y ex profesor del IESE, Abadía, provocador, remata así: «Zapatero dice que hizo las reformas imprescindibles y mira, no, majo, te las hicieron». Y recuerda que a punto estuvo de hundirlas el PP en aquella dramática votación del 18 de mayo cuando España quedó al borde del precipicio.

El posible final de Zapatero, que no del PSOE, puede representarse en tres actos. Primera etapa, Cataluña; segunda, con municipales y autonómicas en trece comunidades, y meta final, en marzo del 2012 en las legislativas. Por la meta volante catalana ya se sabe que pasará primero Artur Mas, aunque si no logra callar a su segundo, Felip Puig , perderá ventaja. Para Puig la alternativa es «independencia o decadencia», y no le han saltado voces a discutírselo con datos históricos y económicos porque Cataluña, de la que hay tanto que admirar, no se caracteriza por la claridad y valentía en los debates. Apenas, la candidata popular, Alicia Sánchez Camacho , se lo rebatió el otro día ante empresarios catalanes, en el tradicional Círculo Ecuestre, inquietos ante la escalada verbal. Denunció la líder popular que Esquerra Republicana, desde el tripartito, ha multado severamente a comercios por no rotular en catalán. El PSC en su programa rechaza esas prácticas en un intento de reconciliarse con su electorado. La duda es si el giro de Montilla en las últimas semanas le servirá para evitar un desplome. Un PSC débil castigaría seriamente las últimas esperanzas del PSOE. La penúltima etapa, el 22 de mayo. La ola popular sube, pero hay alcaldes del PSOE que confían en resistir. Barcelona es la gran duda, porque hasta después de las catalanas se sabrá si el alcalde Hereu será el candidato.

Y la tercera y definitiva en el 2012. The Economist cree que ganará el partido que sea capaz de cambiar el candidato. Envenenada teoría esta que realimenta a los que jubilarían a Zapatero y Rajoy . Corriendo la banda están Bono , Rubalcaba y Carme Chacón con Tomás Gómez recién ascendido del filial. En el lado popular, silencio. Si no hay un cataclismo, confían en que Rajoy será presidente con solo presentar su fe de vida. Si no habla, mejor para no comprometerse. Si no sale de casa, menos riesgo físico. Todo eso es verdad, pero hay indicios serios de que el PSOE no tira aún la toalla. Hay partido.