El juez, suspendido por investigar los crímenes del franquismo, reclamó celeridad al Tribunal Supremo para que celebre el juicio por presunta prevaricación y pueda defenderse.
05 oct 2010 . Actualizado a las 22:08 h.Baltasar Garzón quiere pasar «cuanto antes» el mal trago de sentarse en el banquillo de los acusados por investigar los crímenes del franquismo. El juez de la Audiencia Nacional, suspendido en la actualidad de sus funciones por este motivo, reclamó este martes celeridad al Tribunal Supremo para que celebre el juicio por presunta prevaricación y pueda defenderse.
El magistrado aseguró que sigue esperando que se resuelva el último recurso presentado por su defensa antes de que se fije la fecha de la vista. A partir de entonces, dijo Garzón en la inauguración de unas jornadas sobre cooperación y desarrollo organizadas por la Universidad de Castilla-La Mancha en Albacete, «podré exponer mis argumentos y demostrar mi inocencia porque no es agradable estar en una situación de suspensión».
Garzón, quien trabaja en la actualidad como asesor de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional de La Haya, indicó durante su intervención que la lucha por los derechos humanos y la justicia universal «es una obligación de todos, al igual que es obligación de todos interpretar las leyes para que se cumplan los derechos humanos internacionales, que es donde la justicia universal hunde sus raíces».
El magistrado reconoció que se encontraba suspendido por pensar e interpretar las leyes de una forma determinada, «interpretación que creo tiene peso y sigo manteniendo». El magistrado destacó en este punto que existen unas 150.000 personas desaparecidas en fosas comunes «y conseguir que aparezcan y que se restaure a cada una su derecho de saber dónde están es una obligación del Estado en todos sus ámbitos».