Gómez supera en 472 avales a Jiménez, y sube la tensión de las primarias del PSM

La Voz MADRID/COLPISA.

ESPAÑA

22 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Todo está abierto en la batalla interna por la candidatura socialista de Madrid. Los seguidores de Trinidad Jiménez se mostraron ayer exultantes con los 6.402 avales recabados por la ministra de Sanidad para poder competir contra el secretario general del PSM, Tomas Gómez, en las primarias del próximo 3 de octubre. La cifra dobla el mínimo necesario y se acerca, contra el pronóstico inicial, a los apoyos conseguidos por el líder regional del partido (6.874).

La tensión es máxima y nadie lanza las campanas al vuelo. En las filas de Jiménez-la elegida por el propio José Luis Rodríguez Zapatero para plantar cara, si la militancia lo permite, a la popular Esperanza Aguirre-, admiten que ahora mismo las fuerzas están divididas al 50%, pero sostienen que la ministra tiene mucho que ganar, porque con ella estarán los «no alineados», es decir, ese tercio del censo que no participa de los circuitos orgánicos y que se ha mantenido al margen de la caza de avales, pero que puede acudir a votar en semana y media.

Ese grupo de afiliados, otros 6.000, son los pragmáticos que, según aquellos que desde Ferraz impulsan la candidatura de Jiménez, no se dejan llevar por razonamientos emotivos ni por los equilibrios de poder, sino que optarán por la opción que objetivamente resulte más sólida frente al PP. «Y esa -remarcan blandiendo una vez más sus encuestas- es Trini». En todo caso, hace falta que vayan a votar. Y es difícil de creer que la movilización vaya a ser mayor de la que ya es. Si entre los dos contrincantes han conseguido cerca de 12.000 avales, significa que más del 66% de los militantes están dispuestos a acudir a las urnas. Ni siquiera la batalla entre Joaquín Almunia y Josep Borrell en el 2000 suscitó tanto interés. Entonces, la participación fue del 54,3% del censo. Ganó Borrell, que no era el candidato del aparato.

Poderosa maquinaria

Ahora, muchos temen que pueda ocurrir lo mismo, que se premie a Gómez por hacer frente a la poderosa maquinaria del vicesecretario general del PSOE, José Blanco. Por eso, sus contrincantes se han encargado de recordar que también a Gómez lo puso Zapatero y que es él quien controla el órgano regional y el auténticamente poderoso, el Goliat frente a David.

Lo que es obvio es que los 6.000 avales de la candidata Trinidad Jiménez fueron todo un golpe de efecto que se dejó notar en el ánimo del líder del PSM. Tras conocer que su rival lo igualaba en respaldos previos, reiteró a la prensa varias veces que estaba «tranquilo» y defendió su insistencia en mantener su candidatura y llegar a unas primarias con el argumento de que ha servido para movilizar a una formación adormilada.

Lo que en uno y otro bando se intenta es minimizar el golpe para Zapatero. Hay incluso quien quiere ver en el apoyo del ex jefe de gabinete del hoy presidente del Gobierno, José Andrés Torres Mora, a Gómez un encargo presidencial para poder tener una pata en cada charco, y convertir en su candidato ideal a aquel que gane.

Otro gallo cantará en la Comunidad Valenciana. Hasta el último minuto, el ex ministro Antoni Asunción estuvo intentando recabar los avales necesarios para hacer frente al aspirante que cuenta con las simpatías de Blanco, el secretario general del PSPV, Jorge Alarte. En la ciudad de Valencia, en cambio, sí habrá que elegir entre el diputado autonómico Manolo Mata y el nacional, respaldado por la federal, Joan Calabuig.