CiU confía en gobernar, y el PSC trata de reducir el desastre

E. C. MADRID/LA VOZ.

ESPAÑA

08 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Los distintos partidos catalanes encaran estas elecciones con unas perspectivas y objetivos muy determinados.

La federación nacionalista que lidera Artur Mas es la indiscutible favorita, pero la clave es si esta vez podrá gobernar, al contrario de lo que pasó en las dos anteriores citas con las urnas. La última encuesta publicada (Instituto Noxa, el pasado domingo para La Vanguardia ) le otorga un 38,9% de los votos y 61 escaños -lejos de la mayoría absoluta-, pero señala una línea descendente, ya que en julio se disparaba al 43,9%. Mas, que ha apostado por un concierto económico a la catalana, se juega su carrera política y podría verse obligado a gobernar en minoría con el apoyo puntual del PP o ERC. PSC, el objetivo es resistir. Los sondeos prevén un desastre de tal calibre que el objetivo es resistir lo mejor posible. El sondeo citado le da entre 31 y 32 diputados, cinco o seis menos que hace cuatro años y por debajo de su resultado en 1980. El fichaje de Corbacho es un intento a la desesperada de Montilla, respaldado por Zapatero, de movilizar al electorado clásico socialista de Cataluña por su perfil no nacionalista. Su previsible derrumbe y el descenso de ERC hacen casi imposible reeditar el tripartito. El PP pretende ser bisagra. Su objetivo es convertirse en la fuerza política decisiva que propicie el cambio, como sucedió en el País Vasco, donde llevó al PNV a la oposición respaldando a Patxi López. Para ello, estaría dispuesto a apoyar a CiU si modera sus objetivos máximos. La encuesta le otorga 15 escaños, uno más que en el 2006.