Xosé María Torres: «Es una irresponsabilidad que un cooperante vaya de Indiana Jones»

Rubén Santamarta Vicente
Rubén Santamarta REDACCIÓN/LA VOZ.

ESPAÑA

El presidente de la coordinadora galega de ong para o desenvolvemento se muestra muy crítico con los cooperantes catalanes liberados hace unos días, participantes en una caravana solidaria «cuyo impacto sobre la pobreza es cero»

29 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Casi medio centenar de oenegés, desde gigantes del sector a organizaciones locales, forman parte de la coordinadora gallega. Su presidente cree que la imagen del sector sale algo distorsionada tras el caso de los dos cooperantes catalanes liberados esta semana tras ser secuestrados en noviembre en Mauritania, un territorio de alto riesgo para la cooperación, cuando formaban parte de una «caravana solidaria». «Asumir riesgos en cooperación es normal. En el 2008 murió un cooperante gallego en Perú, en un accidente de tráfico. Puede pasar, pero no es una irresponsabilidad, como ha pasado ahora».

-¿Lo que ha sucedido en este caso, con el pago del rescate, pone en el disparadero a otros cooperantes?

-No lo creo, porque cada oenegé tiene previstos unos estrictos protocolos de seguridad y no utilizan ese modelo de caravana. Nosotros, en Farmamundi (la oenegé a la que está adscrito Xosé María Torres) organizamos una caravana en 1995, hasta Uganda. Fue hace 15 años. La cooperación ha cambiado mucho desde entonces.

-Por lo menos, con este suceso se ha logrado que se hable de la cooperación española...

-Sí, pero con mucha confusión. De entrada, los dos secuestrados no son cooperantes, son voluntarios, que es diferente. Tampoco apareció por ninguna parte para qué servía esa caravana en la que iban, es decir, a quién iba dirigida. Hoy la ayuda se canaliza de otra manera, no puede ser que se arriesgue para dar ayuda para un mes o quince días. ¿De qué sirve eso en África?

-Mejor eso que nada...

-Esa idea también está superada. En un curso, un especialista nos contaba que los 1.000 primeros millones que llegan a un país sirven para muchas cosas, pero los 1.000 siguientes, para menos, porque cuando la llegada de ayuda se generaliza, los propios receptores se relajan. El fracaso más claro es el de Nicaragua, que no consigue salir de la pobreza desde que comenzó a recibir ayudas en los años 70.

-¿Hay riesgo de que se traslade una imagen de cooperación como turisteo de emociones fuertes?

-No hay mucho turisteo humanitario. Las salidas en caravana como los de la oenegé catalana son muy escasas. Las más reconocibles son las que se hacen en favor del Sáhara, que tiene más un fin de sensibilización y de reivindicación. Pero no son una respuesta eficaz. Yo participé en la presentación de un proyecto de envío de material en el que el responsable de una empresa de transportes decía, literalmente, que mandaba dos autobuses que estaban para el desguace, pero que le salía mejor mandarlos.

-¿Hay carencias de seguridad en este tipo de actividades?

-Los de las caravanas del Sáhara, por ejemplo, van protegidos por el Ejército de Argelia. Los de Barcelona Acció Solidaria publicitaban su ruta por Internet, algo incomprensible. Otros no exhiben su trabajo, lo hacen con discreción, en países con problemas. Que un cooperante trate de ir de Indiana Jones es algo irresponsable, es una moda de acción humanitaria cuyo impacto sobre la pobreza es cero. Otra cosa es el turismo solidario: el participante se paga el viaje, conoce un país y participa en algún programa de ayuda. Pero saben que no van a salvar el mundo.

-¿Lo de Indiana va por Roque Pascual y Albert Vilalta?

-Es el aspecto que daban, con esos chalecos multibolsillos. Conozco a gente que participó en sus caravanas y sé que ellos promocionan sus actividades hablando de las grandes playas de Mauritania. La propia secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Soraya Rodríguez, dijo que ponía a su disposición los medios de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, para enviar el material que quisieran, sin necesidad de otra caravana. Y ya planean otras dos... Para hacer un viaje tipo explorador es mejor pagarse un safari.

-¿El Gobierno debería impedir la organización de proyectos solidarios que conllevaran riesgo?

-El Gobierno no debería prohibir nada. Otra cosa es que aplique a estos casos lo mismo que cuando los medios públicos se ven obligados, por ejemplo, a rescatar a un alpinista que se ha metido en un lugar no recomendado. Entonces tiene que pagar la factura. En este caso, igual pagar ellos no, pero se les podía mandar lo que ha costado el operativo de la oenegé.