La dirección federal no oculta su apoyo a la ministra de Sanidad pese a que el PSM le exigió «absoluta neutralidad»
09 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Las primarias a las que está abocado el PSM para elegir el candidato que se enfrentará a Esperanza Aguirre, tras la negativa de Tomás Gómez a dar paso a Trinidad Jiménez, están provocando una división interna en el PSOE. La dirección federal no esconde sus preferencias por la ministra de Sanidad, a pesar de que el PSM le pidió en un comunicado emitido el sábado que mantuviera «absoluta neutralidad».
José Blanco insistía ayer en que Jiménez tienen más posibilidades que el líder de los socialistas madrileños, según las encuestas internas del partido. Un día antes, otra destacada integrante de la ejecutiva, Elena Valenciano, aseguraba que es «más competitiva». Ayer mismo, el secretario de Política Municipal, Antonio Hernando, se pronunciaba en el mismo sentido al señalar que Jiménez es una «magnífica candidata» para lograr el objetivo de «terminar con veinte años de Gobiernos de la derecha» y añadía que hubiera sido mejor que Gómez se retirara.
Tanto Blanco como Leire Pajín defendieron ayer el sistema de primarias porque es la demostración de que el PSOE es «profundamente democrático». «Los socialistas siempre han salido reforzados como partido cuando han celebrado primarias», dijo la secretaria de Organización. Pajín ha sido defensora de Gómez, para el que el viernes pasado pidió «respeto», mientras el ministro de Fomento apuesta por Jiménez.
Los partidarios de Gómez también se han manifestado. El sábado lo hicieron con gran dureza Matilde Fernández y Gregorio Peces-Barba, que denunciaron las presiones a las que estaba siendo sometido el dirigente del PSM, que calificaron de «humana y democráticamente inaceptables». La portavoz en la Asamblea, Maru Menéndez, afirmó ayer que «desde mi punto de vista y el conocimiento que tengo del PSM, creo que hay una posición mayoritaria de apoyo a Tomás Gómez».