Rajoy culpa a Rubalcaba del «espectáculo» de la detención del presidente de la Diputación de Alicante

Melchor Saiz-Pardo MADRID/COLPISA.

ESPAÑA

09 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

En tromba y con gruesos descalificativos. El hasta hace unos días desconocido caso de las basuras se ha convertido en el arma arrojadiza del verano entre Gobierno y oposición con la que intercambian inmundicias. Los principales dirigentes del PP denunciaron ayer la ilegalidad de la detención del presidente de la Diputación de Alicante, José Joaquín Ripoll. Mariano Rajoy apuntó directamente a Alfredo Pérez Rubalcaba como responsable del «espectáculo» de la redada del martes que supuestamente carecía de permiso judicial. Otros en su partido llegaron a calificar de secuestro el arresto de Ripoll. Desde el Gobierno, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega vio en todas las denuncias una estrategia para ocultar «bajo la alfombra las basuras» y exigió dimisiones en las filas opositoras.

Contradicciones

Rajoy anunció que llevará al Congreso la polémica operación Brugal y que pedirá la comparecencia del ministro del Interior para que explique las «contradicciones» entre la versión de la policía y la del juez del caso, el titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Orihuela, que insiste en que no autorizó las detenciones y en que nadie lo informó de la redada hasta después de producirse. «Fue un espectáculo muy poco edificante», apuntó el líder del PP. En casi idéntica línea que Rajoy estuvieron Esperanza Aguirre y Rita Barberá. La primera denunció el «escándalo» del uso «partidista» que el Gobierno hace de las fuerzas de seguridad y de la Fiscalía. La segunda se apuntó a la tesis de que no hay que aclarar nada hasta que Pérez Rubalcaba «no dé explicaciones satisfactorias de tanta contradicción».

En el otro extremo se situó el portavoz del PP en el Senado. Pío García Escudero no se anduvo con rodeos y habló de «secuestro» de Ripoll a manos de la Policía Judicial en un «gran montaje mediático».