Zapatero defiende su mandato europeo de las críticas de una Eurocámara decepcionada

Juan Oliver BRUSELAS/LA VOZ.

ESPAÑA

Varios grupos alegan que su presidencia defraudó las expectativas que había generado

07 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Si uno da por hecho que va a ganar el Mundial y cae antes de la final, por muy bien que lo hayan hecho los rivales, por difíciles que hayan sido los partidos e injustos los arbitrajes, no podrá evitar un sentimiento generalizado de decepción. Eso es lo que ayer quisieron transmitir la mayoría de portavoces que asistieron en Estrasburgo al pleno del Europarlamento en el que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, rindió cuentas del semestre de presidencia española de la UE.

No crean que la metáfora futbolera es gratuita, porque no fueron pocos los eurodiputados que la usaron. «Grandes expectativas pero bastante decepción, como Fernando Torres», resumió el portavoz liberal, el alemán Alexánder Graf Lambsdorff. «Este año España es una gran España, la de Del Bosque, la de Casillas... Pero no la suya, señor Zapatero», dijo el conservador italiano Mario Mauro.

Minutos antes, el presidente del Gobierno había desgranado el manual de defensa de su mandato: se ha puesto en marcha el Tratado de Lisboa con absoluta lealtad al nuevo marco institucional y al nuevo presidente permanente, Herman Van Rompuy; se ha evitado el colapso de Grecia y del euro y se ha avanzado en la gobernanza económica común; se han ultimado las normas de supervisión financiera; se han cerrado acuerdos con Estados Unidos; se ha aprobado la Estrategia Económica 2020...

Salvo el socialista Juan Fernando López Aguilar, que recordó también ese balance, todos los portavoces españoles trataron con dureza a Zapatero, desde Oriol Junqueras (ERC) a Izaskun Bilbao (PNV), pasando, claro, por el popular Jaime Mayor Oreja. También el PP tiene un ideario que ha hecho público en un documento de 46 páginas titulado Fracasos de la presidencia española, firmado por el propio Mariano Rajoy y del que Mayor echó mano ayer desde su banquillo.

Al margen de las intervenciones españolas, que destilaron el esperado tufillo a debate interno, hubo balances más moderados, como el del portavoz del PPE, el francés Joseph Daul, quien, reconociendo el «duro contexto» que afrontó la presidencia española, concluyó que los logros se habían visto «eclipsados» por fracasos como la suspensión de la cumbre con Estados Unidos. En las filas de los socialistas europeos, el alemán Martin Schulz defendió políticamente a Zapatero, aunque lo traicionó en lo deportivo. Sin que sirva de precedente, dijo, hoy compartirá deseos futbolísticos con la canciller conservadora. Zapatero, en su línea, respondió con talante: gane quien gane la semifinal entre España y Alemania, «todo quedará en Europa».