Cuando el cuerpo es la bandera

ESPAÑA

De Mahatma Gandhi a Aminatu Haidar, numerosos personajes han utilizado la huelga de hambre como método pacífico de protesta por razones ideológicas.

18 dic 2009 . Actualizado a las 20:55 h.

«Por la libertad de mi pueblo estoy dispuesto a dar gustosamente mi vida». Esta frase de Mahatma Gandhi, el líder pacifista indio, estuvo a punto de hacerse realidad en 1943, después de 21 días de ayuno total voluntario en la cárcel, en protesta por su detención. El símbolo de la protesta pacífica y defensor de no emplear la violencia llevó a cabo a lo largo de su vida varias huelgas de hambre, pero ninguna superó los 21 días. En 1924 lo hizo para pedir el cese de los enfrentamientos entre hindúes y musulmanes, y en 1932 por la igualdad entre hindúes e intocables.

Esta misma semana, la activista saharaui Aminatu Haidar, que lucha por la autodeterminación del pueblo saharaui, conseguía regresar a Marruecos tras obtener el pasaporte marroquí después de una huelga de hambre que mantuvo durante 32 días en el aeropuerto de Lanzarote. La protagonista del ayuno voluntario calificaba su regreso como «un triunfo, una victoria del derecho internacional, de los derechos humanos, la Justicia internacional y la causa saharaui».

Bobby Sands

La protesta de Aminatu Haidar ha vuelto a poner de actualidad otras huelgas de hambre históricas, que en algunos casos tuvieron un desenlace trágico. Este fue el caso del militante del IRA Bobby Sands, que se convirtió en un mártir de la causa republicana de Irlanda del Norte al morir, junto a otros compañeros, después de 66 días sin comer en una huelga en la que reivindicaba, entre otras cosas, el derecho a tener el estatuto de preso político, a no llevar uniforme carcelario, a relacionarse libremente con otros prisioneros y a recibir una visita y una carta por semana.

Sevillano y de Juana Chaos

En España, las huelgas de hambre con motivos políticos han estado rodeadas de polémica. En 1990, el miembro del Grapo José Manuel Sevillano fallecía en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, adonde lo habían trasladado diez días antes desde la cárcel de Carabanchel. El terrorista de los Grapo había permanecido 177 días en huelga de hambre para exigir el fin de la dispersión de presos. En aquel momento, el Gobierno, presidido por Felipe González, no cedió ni un ápice ante las exigencias de Sevillano.

Más cercano en el tiempo es el caso del etarra Iñaki de Juana Chaos, que utilizó el ayuno voluntario como protesta en varias ocasiones. En el año 2006 protagonizó una larga y mediática huelga de hambre, que se extendería hasta febrero del 2007 y que lo llevó al borde de la muerte. La abandonó cuando consiguió la prisión atenuada. El terrorista amenazó recientemente con iniciar de nuevo una huelga, en el caso de ser extraditado a España.

Evo Morales

América del Sur ha sido uno de los rincones del planeta donde se han llevado a cabo más protestas a través de la autoprivación de alimentos, aunque la mayoría de ellas no han trascendido. El presidente de Bolivia, Evo Morales, y líderes sindicales y sociales afines realizaron este año una huelga de hambre para forzar al Congreso a aprobar una ley electoral necesaria para convocar los comicios generales. La oposición calificó la huelga de chantaje contra el Congreso, y aseguraron que lo único que pretendía la protesta era asegurar su reelección.

Y una larga lista

Diplomáticos, activistas, ex guerrilleros, alcaldes y agricultores engrosan una larga lista de militantes que están a favor de la huelga de hambre, que en la actualidad está considerada legalmente como un derecho, con lo cual no puede ser objeto de ninguna sanción, ni penal ni contractual, aunque sí es cierto que se puede convertir en causa de suspensión de contrato de trabajo, sin derecho a salario y con derecho a ser readmitido en el mismo puesto de trabajo al finalizar la huelga.