El PP acusa al Gobierno de colaborar en la deportación ilegal ?y el secuestro de ?la activista saharaui
17 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.José Luis Rodríguez Zapatero manifestó ayer en el Congreso que espera y confía en que Aminatu Haidar regrese pronto a El Aaiún como consecuencia de las gestiones diplomáticas de su Gobierno, que mantuvo en secreto. Pero al mismo tiempo, el ministro de Estado marroquí, Mohand Laenser, volvía a advertir que su país no cederá al «chantaje» de la activista saharaui. El presidente se tuvo que enfrentar a las críticas de varios grupos solo un día después de que el Congreso aprobara una proposición no de ley, con los votos socialistas, que instaba al Gobierno a aumentar su presión sobre Rabat y reclamaba un referendo de autodeterminación para el Sáhara Occidental.
Pero Zapatero marcó ayer el límite que no está dispuesto a traspasar en las relaciones con el país vecino. Rosa Díez (UPyD) le pidió que aproveche la presidencia española para congelar el acuerdo de asociación entre la UE y Marruecos, a lo que se negó en redondo. Al contrario, se mostró partidario de avanzar en dicho acuerdo y añadió que la mejora de los derechos humanos en Marruecos «pasa por el acercamiento, la integración y no por cualquier política de aislamiento o de separación».
Zapatero señaló que España ha actuado como un país de acogida y solidario y ha dado todo el apoyo a su alcance a Haidar y que el Gobierno está haciendo todo lo posible para desbloquear la situación.
Prudencia y discreción
Pero no dio ningún dato y pidió «prudencia» y «discreción», porque «suele ser el camino más directo para la resolución de los conflictos». «Espero y confío que este se resuelva pronto y, cuando se resuelva, explicaremos todas las gestiones que hemos hecho».
Sus argumentos no convencieron a Uxue Barkos (NaBai), que criticó su silencio «ante las amenazas y el chantaje del Gobierno marroquí». El presidente consideró injustas sus críticas porque atribuye al Ejecutivo «responsabilidades que no nos corresponden, que no están al alcance de la tarea en la que tenemos competencias y poderes». Y añadió que esa es una vía que «puede ser muy halagadora en un periódico ante determinada opinión pública, pero que no resuelve el problema, y nosotros vamos a resolver el problema».
Uno de los momentos más tensos de la sesión de control fue el enfrentamiento entre el popular Antonio Hernando y Alfredo Pérez Rubalcaba. El primero acusó al Gobierno de colaborar en la deportación ilegal de Haidar, que ha sido «técnicamente y, en román paladino, secuestrada» y le echó en cara que responsabilizara a la policía de su entrada en España. El ministro del Interior dijo que esta actuó conforme a la ley, sin que mediara ninguna orden política, y lo acusó a su vez de «cuestionar a la policía».
Gaspar Llamazares (IU) insistió en pedir la mediación del Rey, a lo que el ministro Moratinos respondió que la política exterior corresponde al Gobierno por mandato constitucional, lo que deja claro que en su opinión la alusión a hacer gestiones «al más alto nivel» de la proposición aprobada no se refiere a la intervención real.