La larga convalecencia del Estatuto catalán en el Constitucional ha hecho saltar las chispas entre los socialistas. Las siempre tirantes relaciones entre PSC y PSOE ahora corren el riesgo de romperse, justo cuando las encuestas castigan a ambos en sus respectivos ámbitos. Si el tribunal tumba elementos esenciales del texto, Montilla estará entre la espada y la pared. Y el choque entre el PSC y el PSOE estará servido. Un enfrentamiento que se ha soslayado en muchas ocasiones, la última durante el mandato de Pasqual Maragall. La dirección federal de los socialistas, harta de los devaneos nacionalistas del entonces presidente de la Generalitat, sopesó la creación de una federación del PSOE en Cataluña, para lo que sondeó a algunos alcaldes españolistas, como el actual ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, y entonces regidor de Hospitalet.